Cocinar está de moda. Cada vez son más las personas que se arrancan entre los fogones, cocinan platos fantásticos y luego suben las fotos de sus creaciones a las redes sociales. Ah sí. Porque si una prepara una creación culinaria maravillosa pero nadie lo ve... Es como que nunca ha ocurrido. Mucho tiene que ver el amor incondicional a Instagram, Facebook y los numerosos lugares en los que mostramos sin ningún tipo de pudor nuestra esfera privada, aunque me da a mi que el papel que juegan los programas de televisión relacionados con el tema también tiene mucho que ver. El último programa en cuestión... Los Superalimentos, de Chicote. Recién salido del horno, oiga. Porque en plena era de la información, todavía hay quien necesita que le digan lo importante que es tomar pescado azul, que el cacao facilita nuestro rendimiento intelectual, y muchas cosas más.
Pero sinceramente, a estas alturas del partido entre los ya recurrentes programas de cocina y los espectadores de este formato que ocupa horas y horas de emisión, una ya tiene ganas de que profundicen de verdad en el meollo del asunto. Que para saber comer, no basta con saber qué comprar, sino que hay que conocer dónde comprarlo. Pero esto parece que o todo el mundo lo sabe, o «casi» ningún presentador estrella es capaz de decirlo. Porque no es lo mismo que nos llevemos a la boca «alimentos» que «comestibles». Porque han crecido las alergias y las intoxicaciones. Porque la obesidad es una epidemia que afecta a pequeños y mayores a uno y otro lado del mundo. Porque la manera en la que nos alimentamos y los aditivos y conservantes que se añaden a los productos procesados de los lineales de supermercado están relacionados con el riesgo de padecer cáncer, diabetes, problemas articulares, hepáticos y cardiopatías. ¿Para cuándo un programa que de verdad analice todo esto? Yo lo espero con ansia.
