La precariedad del personal interino constituye una de las rémoras que cercena la Administración pública valenciana. La alta tasa de personal en situación provisional, lejos de atenuarse en los últimos años, se ha agravado debido a la escasísima convocatoria de oferta pública de empleo y a la mínima tasa de reposición de vacantes por jubilación de trabajadores.

Este contexto, sin oposiciones o con un número muy reducido de plazas en las convocatorias y sin oportunidades de acceder a plaza de funcionario, ha propiciado un amargo caldo de cultivo que ha acrecentado más si cabe el empleo en precario del personal interino.

¿A qué nos han llevado los hechos reseñados? A que, por ejemplo, en la citada Administración del Consell exista hasta un 40 por ciento de interinos en plantilla. La gravedad de la situación se extiende a otros ámbitos, como el sanitario. En muchas especialidades médicas el número de personal provisional supera el 30 por ciento del total de profesionales en nómina. En conjunto, en la Sanidad valenciana calculamos que entre el 25 y el 30 por ciento de los empleados públicos desarrolla su labor con contratos precarios.

Educación constituye otro de los ámbitos asolados por esa interinidad. Entre el 20 y el 25 por ciento de las plantillas de los centros se nutre, cada año, de profesionales de las bolsas. Esto significa un cambio constante de docentes para los alumnos y una falta de continuidad que, a medio plazo, perjudica a los propios estudiantes y va en detrimento de la calidad de su formación.

Como sindicato estamos urgiendo al Consell a adoptar soluciones. No puede seguir mirando hacia otro lado y dar la espalda a unos profesionales que están demostrando, año tras año, que a pesar de la precariedad en la que trabajan realizan con el máximo esmero su labor. Desde luego, la responsabilidad de lo que ocurre en ningún caso se debe al personal interino y temporal afectado. Ha sido el propio Consell quien ha permitido que esta situación se vaya deteriorando.

Por ese motivo hace algo más de un mes CSI·F remitió un escrito al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en el que le planteábamos la necesidad de realizar una actuación extraordinaria para reducir la temporalidad, tanto para una mayor eficacia y eficiencia de la Administración como en defensa de los derechos del personal interino y temporal. A pesar de la gravedad de la situación, no recibimos respuesta.

Hartos de ese silencio, el pasado martes 22 de marzo nos concentramos ante la puerta del Consell para urgir a sus responsables a adoptar esas medidas que reclamamos contra la precariedad. Esperamos que se sienten a negociar y que planteen propuestas. En todo caso, como sindicato no nos vamos a cansar ni nos va temblar el pulso para seguir defendiendo a un colectivo, el de interinos, que no merece la falta de respuesta ni la desatención del ejecutivo autonómico.