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'València' vence a 'Valéncia'

València será la denominación oficial de la capital. Jesús Puig lo celebraba afirmando que será la única «València» frente a las otras «Valencias» que no tienen acento. Pero se olvida de la catalana «València d'Àneu» en los Pirineos, que es «València» desde hace mucho tiempo, y con plena razón fonética. Porque la única diferenciación histórica y gráfica que tenemos es «Valéncia»; aunque los concejales de la oposición no se hayan enterado y no hayan presentado ninguna moción alternativa, al menos que se sepa, tras la celebración del próximo pleno del ayuntamiento, contribuyendo a que desaparezca nuestra genuina forma gráfica que tan poca suerte ha tenido a lo largo del tiempo, «Valéncia».

«València» no es lo mismo que «Valéncia». El acento agudo o grave indica la diferencia de pronunciación desde principios del siglo XX, y en eso, curiosamente, estuvieron de acuerdo todas las normativas ortográficas que aquí se propusieron. «València» se leería «Valansia» en una torpe aproximación fonética por la que pido disculpas y «Valéncia» habría de pronunciarse «Valensia».

La pronunciación habitual en todo el territorio de lo que la Universidad denomina «català occidental» y los defensores particularistas «lengua valenciana» ha sido desde tiempos inmemoriales «Valéncia». En cambio la pronunciación «València» ha correspondido al «català oriental».

Como las actuales normas ortográficas se elaboraron en Barcelona, Pompeu Fabra y el Institut d'Estudis Catalans dictaminaron que esta palabra «Valencia», se escribiría «València». La única razón que dieron es que todas las palabras acabadas en «ència» se escriben con «è» abierta, sin pensar que en toda norma cabe una excepción.Curiosamente la ciudad de «Dénia», siguiendo esa directriz, debiera escribirse «Dènia», y sin embargo se le respetó su propia idiosincrasia. El nombre oficial es «Dénia» y no se ha hundido el Montgó por ello, ni se ha vulnerado la unidad de la lengua. Sencillamente se ha respetado el habla popular y la tradición.

Con «Valéncia» nada de eso ha sucedido. Desde los siglos XVII y XIX, cuando se castellanizaba el valenciano, nadie escribía «Valansia», sino «Valensia». Cuando llegaron oficialmente los acentos, con las «Normas Ortográficas» de 1914 que fueron redactadas por el Padre Lluís Fullana y debatidas públicamente en diversas asambleas de «Lo Rat Penat», la forma adoptada fue «Valéncia». Desde Barcelona siempre se escribió «València», entre otras cosas por la poderosa razón de que allí sí se pronunciaba así. Fue un fenoméno parecido al «amb» que se impuso desde el centro político y barrió las otras formas habituales como «ab» o «én». Los autores que escribían en editoriales catalanes, aunque fueran valencianos, veían publicados sus escritos como «València» por ser la única forma normativa reconocida.

La Acadèmia Valenciana de la Llengua fue timorata en este punto y en su «Còrpus toponímic» aceptó la forma «València» sin atender a nuestra tradición literaria anterior, quizás para marcar distancias con respecto a la Real Academia de Cultura Valenciana, cuya sección de lengua y literatura reconoce el «Valéncia» clásico. Ahora se instaurará con todos los honores el «València»; pero permítasenos discrepar en nombre de la tradición y de la historia. Lo más correcto sería «Valéncia», aunque esté mal visto el decirlo. Lástima que lo nuestro siempre salga perdiendo, siempre.

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