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Flamencos crónicos

Las inundaciones que antes sufríamos en Valencia o Murcia ahora se producen en la Alberta canadiense o en Gran Bretaña, cada vez más parecidas a Puerto Lumbreras. Cosa del encaje de corrientes, vientos y humedades, no puedes mover una pieza sin alterar todo el puzle. En los árboles que el invierno desnudó en l´Albereda, siguieron haciendo nido las tórtolas. Las he visto alimentar a los pollos, la falta de frío no les cortó el estro. De momento y preventivamente deberíamos asegurarnos un caudal del Júcar para l´Albufera -nuestro gran humidificador- que ahora no está garantizado, repoblar cada colina y monte costero a fondo y multiplicar el número de las albercas de riego (descubiertas).

O eso o resignarnos a que en vez de arroz y naranjas tengamos un día muy cercano, un paisaje de cactos y serpientes de coral. Sin embargo y como advirtió ese moderno pensador que es el señor Putin, que cree que a Rusia no le vendría mal un cierto calentamiento, hay cosas que, de repente, funcionan mejor: por ejemplo, la querencia de los flamencos por nuestras marjales. Se establecieron en el Malvinar -la parte más honda del arrozal-, detrás de cierta discoteca de El Saler y muy cerca del Mareny Blau, según acredita la foto que me enseña mi amigo Casiano.

Empecé a hacer observaciones de pájaros en el barato e incómodo Auto-Res de mis años de estudiante. Hay un par de docenas de especies avistables, incluso para un lego, entre Madrid y Valencia. Sólo se aburren los tontos, lo dijo otro pensador, este de verdad: Groucho Marx. Luego vi a los flamencos habituales de las salinas de Santa Pola: comen una pequeña gamba de las salmueras que se alimenta, a su vez, de las bacterias primitivas que tiñen el salar de un rosa sobrenatural. Verlos en Calp, al lado de garitos y torres de apartamentos, me enseñó que la vida aprovecha todos los resquicios y que, a veces, un tráfico sostenido de vehículos lanzados a toda velocidad se convierte en una barrera móvil, un escudo de energía protector de la fauna. Si aprendemos un poco más de música, esto puede ser Nueva Orleans.

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