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Invasión alienígena

Después de ver Invasión Alien tengo más miedo a los extraterrestres. Conocen nuestras debilidades y lo primero que harán es dejar inoperativos los móviles y la televisión. Y a partir de ahí, efectivamente, el apocalipsis. Olvidémonos del bondadoso E.T. y de pacifistas Encuentros en la tercera fase. Según el documental emitido por Discovery Max todas las bondades que nos contó Steven Spielberg son una milonga y haríamos bien en prepararnos, porque en alguna galaxia muy lejana se está cociendo el episodio X de Star Wars y cualquier día se nos viene encima en versión La guerra de los mundos.

Iker Jiménez no está solo en sus preocupaciones y hace muy bien en advertir de tantas señales inquietantes en su nave del misterio. Tampoco es el único paladín televisivo del fenómeno ovni, cuestión en que los norteamericanos son unos avanzados pioneros. Las dos horas de Invasión Alien eran solo un aperitivo de la cuarta temporada de Alienígenas: caso abierto, que rastrea documentos oficiales de los Estados Unidos para cuestionar si la verdad está ahí fuera o ellos ya están entre nosotros. Mirando alrededor me entran serias dudas.

Hay quien cree que ya existen agencias gubernamentales dedicadas al tema, como aquella secreta de los Men in black. Y volviendo al documental, expertos en la materia aseguran que la ONU se encargaría de gestionar la respuesta terráquea ante la invasión extraterrestre. Por si eso no resultara de por sí lo bastante inquietante, vaticinan que los líderes del mundo emitirán un mensaje único en todos los idiomas y, además de Obama, sacan en imagen a ¡Rodríguez Zapatero! Por fin he entendido a Leire Pajín cuando anunció aquel acontecimiento histórico planetario.

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