Nada tiene que ver con la escuela filosófica fundada por Platón en el siglo IV a. C., pero la Academia se ha consolidado como elemento clásico televisivo. Hace casi quince años que Operación Triunfo consiguió el ídem juntando a cantantes en aquella escuela. Imaginen si ha llovido: entonces vivíamos bajo el shock del 11-s, Carlos Lozano era un comedido presentador y Àngel Llàcer, el profesor de unos tiernos Bisbal, Rosa, Chenoa y compañía. Cómo hemos cambiado, que cantaría Sole.
Ya ven, por elevado que sea el concepto, la tele tiende a convertirlo todo en espectáculo. El show es su forma de expresión y el entretenimiento, su objetivo. Como en la fábula de la rana y el escorpión, no lo puede evitar: es su naturaleza. Por eso la Academia platónica deriva en adaptaciones de la escuela neoyorquina de Fama, como hace ahora Top Dance en Antena 3. Aspirantes a Leroy Johnson no faltan y la sombra del concurso Fama ¡a bailar! es alargada: cinco ediciones en Cuatro, de 2008 a 2011, y ningún participante memorable. Más notoriedad consiguieron los profesores Rafa Méndez o Marbelys, diría yo. Pero qué más da, las modas son simplemente cíclicas.
Manel Fuentes ejerce de presentador y también da lo mismo. Puede decirse que es un todoterreno pero me decanto por pensar que cada vez aporta menos a sus programas. Empático y amable, ahí está, sin sumar ni restar. Para eso tienen al imprescindible jurado. El bailarín y mediático Rafael Amargo, la actriz, bailarina y hermanísima Mónica Cruz y David Bustamante. El cantante es el bueno en esta película y su desconocimiento sobre la danza es equiparable al del público soberano que ya ha colocado como favoritos a los dos bailarines con más formación: Elena y Axel. En el resto predomina el entusiasmo, coreografías sexys con música de Rihanna o Madonna y vestuario mínimo. No le encuentro demasiado interés ni novedad ninguna al programa, aunque espero que recompense a sus esforzados concursantes. A pesar de que una academia no es garantía absoluta, ni en la tele ni en el caso de Félix de Azúa.
DIEZ AÑOS DE LA SEXTA. Magnífico especial de El intermedio para celebrar sus diez años en antena. Tantos como La Sexta, que hoy emite su fiesta de cumpleaños con un programa especial y a la que desde aquí felicitamos. La exitosa supervivencia del programa de Wyoming es una buenísima noticia: hay espacio para una televisión crítica e inteligente, analista divertida y mordaz de la realidad política. Esperemos que cumpla muchos años más. Por guionistas no será: los profesionales de la cosa pública les ponen los chistes en bandeja un día sí y otro también.
