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Impulso a la investigación

Mientras Iván Agulló, un joven científico formado en Valencia, suma reconocimientos internacionales, un símbolo más de la capacidad de las generaciones más jóvenes, España desaprovecha su empuje con una política científica sin visión de futuro

Iván Agulló. Así se llama un joven investigador de Elx, formado en el Instituto de Física Corpuscular (IFIC) de Valencia, que ha conseguido sumar un galardón más a su corta pero intensa carrera científica.

Iván Agulló no es nuevo en estas lides. Antes del premio Lupap, uno de los galardones „según la Universitat de València„ más prestigioso en relación con la relatividad y la gravitación, Agulló ya había obtenido reconocimientos como el premio Gravity Research Foundation, el Leonard Parker y el Career de la National Science Foundation de Estados Unidos.

Un ejemplo más, no el único, de la capacidad de las generaciones más jóvenes para asumir un papel relevante y de empuje hacia ese modelo de generación de valor añadido que tanto deseamos y desean los expertos para sacar a la Comunitat Valenciana y a España de la dependencia de un sector tan imprevisible como el de los servicios.

Pero para aprovechar este impulso hace falta algo más que palabras y discursos vacíos de contenido desde las administraciones públicas. Lo primero, hay que creérselo. Y lo segundo, y no menos importante, asumir que es una inversión cuyos resultados no son inmediatos, sino que se recogen a muy largo plazo. Es decir, siembro ahora para que la cosecha la recojan futuras generaciones. Una idea que, probablemente, tenga pocos puntos de atracción para una estrategia política cortoplacista.

Y así nos va, claro. No hay más que mirar el conflicto laboral generado en el CSIC, enzarzado en una batalla legal contra sus propios investigadores, a los que los tribunales están reconociendo la plaza indefinida que reclamaban y les negaba la institución científica.

Una pena. De esta forma no es de extrañar el goteo continuo de científicos formados en la Comunitat Valenciana o España hacia otros países que les ofrecen mayor estabilidad y facilidades. Ya lo dice Agulló en Levante-EMV, «En EE UU no te ponen problemas de burocracia y financiación para investigar». Y aunque espera poder regresar algún día, reconoce que cada vez tiene menos esperanzas.

No se puede seguir perdiendo este potencial, sobre todo si tenemos en cuenta que un 28 % de los universitarios valencianos „diez puntos más que en el resto de España„ están dispuestos a emprender.

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