Menuda alegría nos estamos llevando todos los espectadores que en estos días andamos entre los papeles que nos envía la Agencia Tributaria para realizar religiosamente la declaración de la renta. Propongo una X más para compensar todo ese dinero desviado a través de quiebros fiscales internacionales con los que los más espabilados evitan aquello que yo no quiero ni puedo evitar, pagar. Al menos Anna Simón me despierta una sonrisa cuando cada sobremesa hace el repaso al estilo Telecupón, de los famosos que van apareciendo en los papeles de Panamá y este ritmo se queda sin bolas en el bombo. Como si de un folletín se tratase, la sexta y el confidencial nos ofrecen una sorpresa cada día en forma de cara conocida para fraude de sus seguidores. Seguro que Almodóvar ha descubierto algo más desagradable que la ya tradicional crítica cinematográfica de Carlos Boyero, un análisis sobre papel en negativo que empiezo a creer, escribe por sistema. En la sala y durante la hora y media que dura la cinta, Julieta me hizo olvidar la mancha económica del director que no se pronuncia.
En estos casos y si no hay nada que esconder, puedes negar al más puro estilo PP como ha hecho el ministro Soria, o mucho mejor, dar la cara y enfrentarte a las preguntas de los periodistas aunque te duelan las bofetadas, como hizo Bertín Osborne. El nuevo fichaje de Mediaset le cogió el teléfono a casi toda la competencia matutina, menos a su compañera de cadena Ana Rosa, lo cual destacó Joaquín Prat, su jefa lo justificó diciendo que estaba trabajando. Es cierto, estaba grabando su programa con el presidente cántabro Revilla. Pero antes, tuvo tiempo de contestar en las ondas a Alsina, Herrera, hasta finalizar la ronda de explicaciones, con una colosal intervención en casa de Griso. Ahí es donde se le hincharon las narices y zanjó la cuestión al ser preguntado por si alguna vez residió en Panamá... Que su sociedad panameña sea legal queda claro, pero que este tipo de práctica financiera sea moral, es otra cosa y a mi me parece que no...
