Ayer se celebró el Día de la Tierra. Como cada año por parte de los políticos se realiza un acto de contrición sobre lo que se tiene que mejorar y se lanzan algunas medidas, más o menos de cara a la galería, para demostrar al público como se está tratando de hacer de nuestro planeta un mejor lugar para todos. No obstante, la experiencia dicta que este tipo de días, como el día mundial del agua o el día mundial de la energía por ejemplo, no son más que una pequeña demostración de cómo tendrían que ser las cosas y como no lo son en realidad. El día de la tierra, el agua o la energía deberían de ser todos los días del año, puesto que las medidas para conciliar la especie humana con el medio ambiente son demasiado importantes como para tomarlas en consideración solo una vez al año.

Como todos los años, uno de los puntos en los que más incidencia se hace el Día de la Tierra es con el cambio climático antropogénico. Sea del color político que sea, de una manera más vehemente o más tibia, es un problema que siempre sale a relucir este tipo de días por parte de los representantes públicos, presentándolo como uno de los grandes problemas al que nos enfrentamos. Pero lo curioso es que nada se hace para mejorar el conocimiento y la preparación frente a sus efectos, a nivel de estudios científicos de regionalización del cambio climático. En otras palabras, estamos en pañales en cuanto al estudio de cómo afectará el cambio global del clima en un lugar tan peculiar y sensible como es el nuestro. En la Comunidad Valenciana existen grandes profesionales de la climatología, tanto en AEMET, como en el CEAMET-que cubre parte del mundo universitario-, como con otros centros que guardan relación de una u otra forma con la climatología, como por ejemplo los que estudian los procesos de desertización a los que parece nos estamos viendo abocados. No obstante, no existe ningún organismo que se encargue de aglutinar todo este entramado científico, para poder estudiar de forma conjunta lo que está sucediendo y encontrar soluciones para estar preparados frente a las vicisitudes que nos pueda deparar el clima en un futuro. Desde la Asociación Valenciana de Meteorología (AVAMET) abogamos desde un principio por la creación de un Servicio Meteorológico Valenciano que, en coordinación plena con la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), integrara todos los estudios científicos de meteorología y climatología que necesita nuestro territorio. Puesto que uniendo los esfuerzos de cada una de las entidades la financiación sería mucho más asequible e importante y de ello se beneficiaría la sociedad, dado que mejorarían en gran medida las actuaciones para estar preparados para lo que nos pueda deparar la meteorología adversa y la variación del clima.

Los pocos estudios que existen sobre la incidencia del cambio climático en la Comunidad Valenciana nos advierten de una mayor variabilidad de nuestro clima, con mayor incidencia de los fenómenos extremos, es decir, mayores sequías y más episodios de lluvias torrenciales. ¿A que esperamos para estudiarlo con mayor profundidad para estar mejor preparados?

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