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José Sierra

Ambición es la palabra

El pasado viernes se ratificó en Nueva York el acuerdo de París contra el Cambio Climático. La jornada, que coincidió con el Día de la Tierra, tuvo dos planos: el de la feliz conmemoración que impregnó los actos oficiales y las declaraciones de los líderes mundiales y el de la preocupada mirada de quienes creen que el acuerdo es apenas un tímido punto de partida o incluso poco más que una excusa oficial para dejar pasar los días. De nuevo son las organizaciones ecologistas las que advierten del riesgo de caer en la complacencia, de creer que el acuerdo es en si mismo la solución al problema del calentamiento global. Hace falta ambición; esa es la palabra y, según cuentan, no se ve por ningún sitio.

El marco internacional que proporciona el acuerdo de la cumbre de París está muy lejos de frenar de forma efectiva el Cambio Climático. En contra de lo que se da por asumido, carece de compromisos concretos de reducción y de mecanismos de financiación efectivos. Todos coinciden en que es necesaria la descarbonización del planeta y que para ello hay que renunciar a extraer el 80% del petróleo que permanece todavía enterrado y a los inmensos depósitos de carbón, pero nadie explica el camino para hacer posible esta renuncia.

Mientras, la proporción de CO2 en la atmósfera aumenta, la temperatura global sigue alcanzando máximos históricos y algunos síntomas del Cambio Climático como el deshielo se aceleran.

Hace falta ambición y liderazgo; compromisos concretos para hacer realidad el acuerdo de París y evitar un aumento de la temperatura global por encima de 1,5ºC que tendría impactos catastróficos sobre nuestras vidas.

jsierra@epi.es

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