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La declaración más dolorosa

Cmalos tiempos para hacer la declaración de la Renta. Ya nos lo anunció hace ahora casi cuatro meses la abogada del Estado Dolores Ripoll, durante su alegato en el inicio del juicio por el caso Nóos, que lo de «Hacienda somos todos» debía entenderse como una frase nacida en el ámbito de la creatividad publicitaria. Y parece que el tiempo ha terminado dándole la razón.

Cuando la opinión pública parecía haber olvidado la lista Falciani y Cristóbal Montoro trabajaba en la segunda remesa de documentación, saltaron los papeles de Panamá para corroborar la versión deRipoll. ¡Cómo no! si hasta el propio exministro de su departamento, exvicepresidente del Gobierno y exgerente del FMI, Rodrigo Rato, utilizó el célebre bufete Mossack Fonseca para retirar 3,6 millones de dos sociedades panameñas. Y otro exministro, José Manuel Soria, también andaba con empresas por las Bahamas y Jersey. Por no hablar del expresidente del Gobierno José María Aznar, sancionado por Hacienda por mucha denuncia que presente en la Fiscalía contra la Agencia Tributaria.

Y por si todo esto fuera poco, ahora que te dispones a rellenar todas esas casillas de tu declaración de la renta, te enteras de que sobre la mesa de trabajo de Montoro hay más papeles esperando: la llamada lista de Renania que le ha enviado su homólogo del länder alemán. Ahí, por lo visto, aparecen más nombres de ilustres españoles relacionados con 6.600 millones de euros en cuentas suizas de entre los años 2006 y 2008.

Y lo más inquietante de todo es que el asunto no huele bien. La asociación de técnicos de Hacienda que encabeza el incombustible José María Mollinedo, ha expresado sus temores a un posible «tiempo en blanco» del ministerio a los defraudadores para darles tiempo a reaccionar. Ya saben, que presenten declaraciones complementarias antes de que la Agencia Tributaria les abra inspecciones que les impidan librarse de las sanciones. Como debería suceder también con los papeles de Panamá.

Lo dicho, me pongo manos a la obra con mi declaración de la Renta con la convicción de que Hacienda no somos todos, como decía Dolores Ripoll. Y no olvido, como recuerda Carlos Cruzado, presidente de los técnicos de Hacienda, que el fraude fiscal nos cuesta una media de entre 800 y 1.000 euros por contribuyente.

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