Aún recuerdo de mi época de corresponsal en la antigua capital alemana la imagen de los Verdes: jóvenes de cabellos largos y un tanto descuidados, pantalones de pana y sandalias acompañadas de calcetines.
Las madres amamantaban en público a sus hijos, muchos llevaban gorros y guantes de punto y no era raro verlos haciendo calceta, también a ellos, en los vagones de tren.
Recuerdo su frontal oposición al armamentismo del que acusaban al Partido Socialista de Helmut Schmidt por la "doble decisión de la OTAN": la instalación de Pershing y misiles crucero con cabezas nucleares como respuesta a los SS20 soviéticos.
Se dividieron entonces los Verdes en "fundis" - fundamentalistas- y "realos" ( realistas o pragmáticos), y sus asambleas solían tener un carácter un tanto desordenado y aun caótico.
Qué lejos parecen de aquellos ecopacifistas de quienes hoy llevan la voz cantante en un partido que no asusta ya a nadie y se ha vuelto respetable hasta el punto de atraer incluso a hombres de empresa y pensar incluso en una alianza a nivel federal con la CDU.
Los ecologistas forman ya parte de siete gobiernos regionales, en su mayoría en coalición con el SPD aunque otros casos con los cristianodemócratas de Angela Merkel, la Izquierda o los prácticamente desaparecidos Liberales. Y pronto podrían llegar a un total de diez de los dieciséis existentes.
En los "laender" donde están ya en el gobierno son el segundo o tercer partido , pero en uno de ellos, el de Baden-Württemberg, son el primero gracias a la gran popularidad del veterano Winfried Kretschmann, un ecologista admirador de Merkel y tan conservador que podría confundirse con un cristianodemócrata.
En el Bundestag berlinés están aún en la oposición, pero es en cualquier caso la suya una oposición que no recuerda para nada a la bulliciosa e insolente de otros tiempos. Hoy en su mayoría los Verdes parecen gentes de orden con las que la CDU no tendría demasiados problemas en aliarse a nivel federal si es preciso.
Quedan es cierto Verdes claramente de izquierdas, aunque hayan perdido influencia: el más conocido es Jürgen Trittin, que fue ministro federal para el medio ambiente en el gobierno del socialdemócrata Gerhard Schroeder, pero que dimitió de todos sus cargos en la dirección tras los malos resultados obtenidos por el partido en las elecciones federales de 2013.
A Trittin, el único que se atreve a criticar abiertamente a Kretschmann, pues parece estar ya por encima de todo, no le gusta por ejemplo que en el nuevo programa electoral del partido, en cuya redacción no participa, no se hable con claridad de subidas de impuestos para no asustar demasiado.
La gran triunfadora de las últimas elecciones regionales, celebradas en marzo, fue la nacionalista y xenófoba Alternativa para Alemania, que subió a costa de los partidos tradicionales - CDU y SPD- , con la única excepción de Baden-Württemberg, donde se impuso claramente el verde Kretschmann.
Trittin cree que fue un aviso a su partido: "Desde 2013, los Verdes han perdido en términos absolutos entre un 20 y un 40 por ciento de sus votantes", advierte Trittin, que no está de acuerdo con ese deseo que parecen tener ahora los Verdes de contentar a todo el mundo a base de renunciar a sus esencias.
"Los Verdes deben combatir la creciente desigualdad, el peligro de desclasamiento social", aconseja el veterano ex dirigente, pues en caso contrario llegará un momento en que la gente no sabrá lo que quiere ese partido si no es el poder por el poder.
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