El calentamiento global actual está promovido por los gases de efecto invernadero y uno de los más importantes, el dióxido de carbono (CO2), se ha revelado como un importante fertilizador sobre la vegetación que incrementa la cantidad de hojas en todo el mundo. Tanto es así que mientras la temperatura media de la superficie del planeta es creciente, la Tierra presenta una mayor extensión de superficie verde, como muestra un estudio de las imágenes de los satélites, cuyas conclusiones se han publicado en la revista Nature Climate Change. Desde 1982, el reverdecer de la Tierra es de unos 36 millones de kilómetros cuadrados, es decir, una extensión que duplicaría el territorio de los EEUU. La biomasa verde ha ascedido en el 40% de las regiones del planeta, mientras que sólo en un 4% se ha apreciado una caída significativa de la vegetación. El investigador del CSIC en el Centre de Recerca Ecològica i d´Aplicacions Forestals (CREAF) Josep Peñuelas argumenta que las plantas han podido generar más hojas por la captura, durante la fotosíntesis, de más cantidad de CO2, debido a su mayor concentración en la atmósfera. Sin embargo, este hecho no implica que los gases de efecto invernadero sean positivo para el clima, al contrario, su aumento puede tener capacidad para cambiar los ciclos del agua y del carbono a nivel global.

mariajosep.pico@gmail.com

@mariajpico