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Maite Mercado

Mejor en Poniente

Viendo el primer anuncio de la precampaña de Mariano Rajoy pienso que se me escapa algo. No lo pillo, vamos. Propaganda electoral conceptual, quizás. Una vuelta al menos es más. O todavía no se ha puesto a trabajar la misma agencia de publicidad que creó el vídeo de los hipster o el de los moteros del PP. Casi dos minutos que se hacen interminables con esa lectura parsimoniosa. Aunque en blanco y negro, mucho más animado era el NO-DO. Aparte del ritmo cansino, lo más comentado es que el líder de los populares no lleva corbata y sobre todo, que no ha querido salir de sus aposentos para grabarlo. Han tenido que poner los focos en la Moncloa lo que según algunos vulnera la Ley Electoral.

Tal desazón me ha provocado que no puedo evitar zambullirme en otra ficción, pero de la buena, esa que tiene grandes intérpretes y guionistas, apabullante realización y efectos visuales. Ya puedo decir que Jon Snow murió pero solo un ratito. No creo que esto pueda ser considerarse un destripe, como quiere que digamos la Fundéu, cansada de tanto spoiler. Pasadas tres semanas todo el mundo lo sabe y el actor Kit Harington ha pedido disculpas por mentir durante diez meses hasta a su madre, contento por tantas muestras de cariño hacia su personaje. Yo siempre mantuve la esperanza, su melena de rizos le delataba. No podía cortarse el pelo porque seguía siendo el bastardo de los Stark en Juego de Tronos y la bruja Melisandre necesitaba unos mechones para resucitarle. Todo lo que sigue es un misterio que ni siquiera conocen los que se han leído los libros en los que está basada la serie. La vida en el Poniente televisivo no seguirá esta temporada los designios de George R.R. Martin y vale la pena seguirla aunque también le guste a Pablo Iglesias.

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