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Quinientos euros

En la India pervive el sistema de castas, pero para castas, las del capitalismo neoliberal, autófago, zombi o funeral (Vicente Verdú) pues no pasa día en el que no se descubra otra isla (para esconder) el tesoro, a veces la isla está en tierra y se llama Andorra (encajada en uno de los meandros de piedra de los Pirineos) o Suiza, ínsula de pulcritud dedicada a devorar los excrementos de oro de toda clase de enjuagues. Si no tienes tu propio reactor, eres de los paganos destripaterrones, aunque seas Vargas Llosa y luzcas un Nóbel. Sólo una cantidad indecente de dinero te convierte en ciudadano romano: se les distingue por el tupé a lo Donald Trump, el plumero, y porque andan por el mundo con los gastos pagados.

Mientras tanto, en pleno período recaudatorio, la Hacienda del malvado Zarkoff, perdón, quiero decir de la sor de la alcancía, o sea el ministro Cristóbal Montoro, entre un asedio a las finanzas autonómicas y el siguiente, muestra como reos de incumplimiento a los malos contables de Cuéntame, que es una cosa que gusta mucho al servicio: caramba, con lo decentes que parecían Imanol Arias y Ana Duato que hasta cargaron con la tarea de modernizar el imaginario desde los grises del tardofranquismo a la dorada purpurina del Mundial de Fútbol.

Mientras, prosigue el sainete de los cómicos (o tonadilleras) y se distrae el respetable, se perpetra otra fuga en billetes de quinientos euros, que seguirán fabricándose hasta 2018, nos dicen (para que completen la tarea evasora, van atrasados). Luego, no habrá más billetes, pero los que queden podrán ser usados sin límite y, como se tocan menos que la mujer del apoderado, aún estarán crujientes y frescos para el Juicio Final. Nuestra capacidad para no hacer nada haciendo un montón de cosas entretanto (o para buscar lo contrario de lo que se proclama), es colosal: solo un gimnasta chino se esfuerza más. Cuando ya estén pillados todos los billetes morados, no habrá para los ricos sobrevenidos, pero no desesperen: hay un paraíso fiscal, al menos, en cada uno de los 24 husos horarios del planeta. Evadimos las 24 horas.

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