Intuyo lo que intuye Pako Ayestarán: que el club no cuenta con él para la próxima temporada. O así lo ha dejado caer la entidad en las últimas jornadas, cuando, ya asegurada la permanencia, lo ha ido dejando fuera de los planes de futuro. Pako ha sido un especialista que ha cumplido con la misión de urgencia de evitar la catástrofe. La sociedad ahora debería agradecérselo. No merece seguir con esa incertidumbre.
Intuyo que el club quiere empezar de cero; un entrenador nuevo y una plantilla muy renovada, tratando de eliminar los vestigios del mendismo tras una campaña bochornosa. El plantel presenta limitaciones de calidad, carácter y experiencia. La duda es si García Pitarch tiene claro el nombre del nuevo entrenador. Es lógico, como dijo Ayestarán, que se tome su tiempo para elegirlo: es la actuación más importante para un director deportivo. Si acierta, lo demás vendrá rodado. La decisión debe ser toda suya. Y la responsabilidad de las consecuencias, también.
