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El milagro que independizó Almàssera de Alboraia

El 10 de junio de 1348 aconteció el Miracle dels Peixets entre Alboraia y Almàssera. Alboraya celebra con gran solemnidad su memoria, le tiene levantada ermita junto a la desembocadura del Carraixet y el mar, a donde el lunes de Pentecostés, este año el 16 de mayo, suelen acudir los amantes de la historia y tradición para Misa y paellas en su paraje. Para Alboraia es día de festa major y cierra hasta el consultorio médico

Tuvo sus efectos civiles dicho milagro eucarístico, curioso en estos tiempos en tanto se habla de separar la Iglesia y lo religioso del Estado, y es que como consecuencia de lo ocurrido, Almàssera se separó eclesiásticamente de Alboraia, primero, y posteriormente logró su desmembración municipal e independencia respecto de la metrópoli, Alboraia, constituyéndose en municipio propio.

Se cuenta que el cura párroco de Alboraia llevaba el viático de noche y en medio de una gran tormenta a un moro converso gravemente enfermo residente al otro lado del Barranc del Carraixet, hoy término de Almàssera, cuando al cruzar el cauce, las aguas que bajaban fuerte le hicieron tambalear. Se le cayó la arquilla con las Sagradas Hostias que fueron arrastradas hasta el mar, de donde fueron rescatadas por unos peces, que se las entregaron al cura. Este es en síntesis el esquema de la piadosa tradición.

El hecho fue objeto de relatos escritos por José Mariano Ortiz, Almarche Vázquez, Escolano, Teixidor, Jaume Bleda, Francisco López, Ugarte de Ercilla, Traval, Roset y Muñoz Hidalgo. Y como en ellos han algunas diferencias en los detalles, surgió la polémica entre Almàssera y Alboraia de si son dos o tres los peces. Almàssera reafirma su tesis de dos con dos monumentos, uno férrico enorme y otro muy artístico y documentado cerámico hecho por Dionisio Vacas, ilustre residente en la Villa, que en su jubilación de carismático activista líder social de izquierda está dedicado a la vida artística. Yo poseo una preciosa benditera eucarística hecha por él, lo cortés no quita lo valiente, que tuvo a bien dedicarme como trueque por un libro mío sobre estas historias de Almàssera.

Almàssera recuerda con una diminuta capilla en el lugar del Barranco de Carraixet denominado Clot de la Capelleta, lugar donde ocurrió la caída y pérdida de las Sagradas Formas, mientras que Alboraia levantó una hermosa ermita donde se produjo el milagroso hallazgo.

El primer historiador que nos habla del prodigioso suceso, Jaume Bleda, relata que «cerco al cura, y le compellio soltasse la custodia, o arquilla donde traya dos Hostias, una para comulgar al enfermo, y otra para traer a la vuelta dexado caer la arquilla, el rector procuro salvarse de aquel impetu de agua, y dio noticia en Alboraya de lo que havia acontecido. Pusieron diligencia luego que amayno el barranco en buscar la custodia, y hallaron al fin las formas. Yendo por la orilla del mar (que esta de allí menos devn quarto de legua) dos pescadores a pescar, o buscando leña vieron dos peces grandes, a la lengua del agua, teniendo cadavno en la boca patentemente vna forma: corrieron, dieron nueuas al Cura de lo que hauian visto, el rector pusose el sobrepeliiz y estola, y cogió vn caliz, y corriendo acudió alla: hallo ser verdad lo que le dixeron, arrodillose ante los peces, los quales llegaron junto al cura, teniendo siempre en la boca las hostias: tomolas el cura con mucha reuerencia y pusolas dentro del caliz, y lleuolas a Alboraya, en cuya iglesia esta hoy dia el caliz en que las truxo; y la arquilla que se le cayo, en la Yglesia de Almacera. Y por esta causa entonces desmembraron la vicaria, o rectoría de Almacera, de la rectoría de Alboraya: para que otra vez no les aconteciesse otro tanto. La qual desmembración fue hecha en el año mil trezientos cincuenta y dos? auiendo precedido muchas differecias y debates entre los Jurados y soldados de Almacera y los de Alboraya acerca de esto; como consta por la sentencia de dicha desmembración. Y en memoria de este milagro, el retablo del altar mayor que hizieron en Almacera, lo dedicaron al Sanctissimo Sacramento, y todo el está pintado de esta historia».

El obispo Hugo de Fenollet aprovechó el estado de opinión que se creó con aquel milagro, nos siguen explicando sus apologetas, para instaurar en la ciudad de Valencia la solemnial e general processó de Corpus.

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