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Julio Monreal

Alcácer tenía un sueño

Qué lejos quedan los tiempos en los que la selección española de fútbol elegía Valencia para sus concentraciones previas a campeonatos de Europa y el Mundo por el buen ambiente que se generaba a su alrededor! Aquellos en los que se habilitaba un campo de hierba específico y singular junto al Parador Nacional de Turismo de El Saler para acoger calentamientos y partidillos de los internacionales de «la Roja». La Federación de Ángel María Villar construyó la Ciudad del Fútbol de Las Rozas y en aquel momento se acabaron la itinerancia y la diversidad. Prácticamente todos los jugadores titulares eran del Barça y todos los entrenamientos y concentraciones se quedaron al pie de la sierra de Madrid. Una parte de la afición se desconectó del combinado.

Llega la Eurocopa 2016 y Vicente del Bosque hace pública su lista de 30 preseleccionados. El santo y seña de los valencianistas, Paco Alcácer, se queda fuera. Todo el mundo estaba seguro de su inclusión en la convocatoria. Tanto que no entró en la comitiva de la gira promocional del club de Mestalla en Singapur para que pudiera incorporarse a la selección. El Valencia tiene dos jugadores intransferibles, Alcácer y Gayá, y ninguno vestirá la Roja en verano, este último por lesión.

La convocatoria de los valencianos Bruno, Juanfran y Saúl no calmará el enfado de los valencianistas, que habría sido mayor de haber entrado el «niño» Torres en los planes de Del Bosque.

La decisión del seleccionador es una patada en la espinilla de la afición blanquinegra, que se ha tomado muy a pecho la exclusión de su mascarón de proa. La Federación ha de elegir a los mejores para la competición, pero sus responsables saben que son observados como si actuaran con claves políticas. Y de hecho tienen en cuenta esos códigos al deshacerse de Diego Costa.

Con todo, la ausencia de valencianistas en el combinado para la Eurocopa no deja de ser un indeseado colofón a una temporada rematadamente mala, que no para olvidar, porque los fracasos enseñan más que las victorias y cualquier mejora será acogida a partir de ahora con alborozo por parte de una tropa sumida en la tristeza y la indignación.

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