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Ideas para la excelencia

Tres profesores de un instituto de Formación Profesional de Mislata, premiados por el Ministerio de Educación, han demostrado que no es necesario aspirar a descubrir la cuadratura del círculo para alcanzar la excelencia. Porque es excelencia lo que han conseguido: siete de cada diez alumnos que salen de sus aulas terminan colocados.

La fórmula ideada para conseguir semejante éxito es simple si cuentas con los medios técnicos: introducir el sistema de trabajo de una empresa en el proceso de aprendizaje del aula. María Cruz García, Salvador del Toro y Lorenzo González han apostado por una idea en la que han creído, la han desarrollado y han obtenido resultados.

El caso de los tres profesores del centro de Formación Profesional resulta paradógico. Han conseguido aunar en el CIPFP de Mislata una especialidad demandada en el mercado laboral y una preparación que convence a las empresas.

Una fórmula que debería explorar la Conselleria de Educación de Vicent Marzà en este enésimo intento de adecuar los estudios de formación profesional a las necesidades reales de las empresas, una conjunción que nunca ha terminado de cuajar.

De momento hay un impulso que parece serio en la FP, con el aumento de 3.000 plazas para el próximo curso. Ahora falta diseñar un cauce permanente, eficaz y estable entre la empresa y el sistema educativo que permita saber con antelación las necesidades de futuro del mercado laboral. Y por supuesto, disponer de la cintura necesaria para abordar los cambios sin que una estructura administrativa esclerótica los retrase.

No debemos olvidar que la mayor preocupación para cerca del 79 por ciento de los ciudadanos, según el INE, continúa siendo el paro, un drama que afecta a cerca de la mitad de los jóvenes menores de 25 años, según los últimos datos de la EPA.

No hay tiempo para nuevos fracasos y sí personas dispuestas a poner encima de la mesa ideas renovadoras. Solo hace falta escucharlas. El economista César Molinas, autor del libro «Poner freno al desempleo. ¿Podemos? ¿Queremos?» junto a Pilar García, dice que «hay que plantearse que dentro de diez años no quedarán empleos que no tengan un componente de creatividad importante». Y esa realidad ya requiere cambios profundos en el sistema educativo.

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