En unos días en los que mucho se ha hablado de la desmentida cancelación de «Cuéntame» por la aparición del matrimonio Alcántara en los Papeles de Panamá y colea el puesto 22º de 26 de la representante española en el Festival de Eurovisión, otras cuestiones pasan desapercibidas. Por ejemplo, el encomiable interés de la televisión autonómica catalana por la información internacional.
La guerra en Siria, la crisis migratoria en la UE, las elecciones en Estados Unidos, el Brexit e incluso las elecciones legislativas en Irán figuran en el top quince de los temas a los que dedicaron más tiempo en sus informativos durante el mes de febrero. Todos ellos merecieron más atención que la investigación sobre las cuentas bancarias de los Pujol-Ferrusola, entre otras tramas de la familia. Y no es que los editores de TV3 no consideren noticiable la corrupción. El juicio por el caso Nóos y el sumario de Imelsa aparecen en esa lista donde no constan los asuntos turbios ocurridos en su territorio. Disculpen los números, pero solo dedicaron 19 minutos y 47 segundos a los Pujol frente a los casi 31 centrados en las irregularidades en la empresa pública valenciana.
Son los resultados del último informe del Consell del Audiovisual de Catalunya sobre la observancia del pluralismo político en televisiones y radios catalanas al que no se puede acusar de sesgado o mal realizado. Son 260 páginas de análisis cuantitativo y muchos datos podrían matizarse, pero que le den más minutos a la política iraní que a los Pujol es francamente sorprendente.
Esta cobertura ignora uno de los principales aspectos que definen el interés periodístico, al menos desde la teoría: la proximidad. Algunos dirían que también algo huele a sulfuro de hidrógeno en TV3.
