La Real Academia de la Lengua la define como un acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario de él. La Agencia Estatal de Meteorología tiene una página de estas curiosidades que nos abre una apasionante puerta a la historia del tiempo atmosférico (www.aemet.es/es/serviciosclimaticos/datosclimatologicos/efemerides_sucesos). Como es característico en nuestro clima mediterráneo, nos podemos encontrar absolutamente de todo. Mayo es el mes de las flores, con lluvias bienhechoras que nos sientan «como agua de mayo», así como un alargamiento del día que significaba más necesidad alimenticia, y en épocas de penurias€ «en mayo, hambre y rosas. ¡Mira qué distintas cosas!». Pero también trae los últimos golpes del invierno: «En mayo, busca la vieja el sayo». En esa línea, mayo ha presentado sequías que explican las rogativas pro pluvia en Barcelona (1522, 1562), Tarragona (1584), Valladolid (1561) o Toledo (1521), pero también para que no llueva más en Salamanca (1658). Y es que no faltan lluvias intensas e inundaciones: en la isla de Mallorca con observatorios con más de 300 litros (2/05/1949); en Grazalema (105,3 el 2/05/2007); Castelló (86,6 el 6/05/2003), Valencia de Alcántara (141,6 el 16/05/2011) o en Riogordo, Málaga (149 litros en apenas tres horas el 18/05/2011) o Almudévar, Huesca (con 96,4 litros en una hora el 20/05/2014). Calores de 40 ºC en Murcia (2006), 40,1 en Córdoba (2006), 45 en Antella (2015) y fríos con -7,6 en Burgos (1945), -4,5 en Soria (2013), -5,4 en Villanubla, Valladolid (1991) o los 9,2 de mínima en Tenerife Sur (2007). Como curiosa aunque desgraciadamente luctuosa, el 15 de mayo de 1681: una nevisca azota la Cerdaña y el viento huracanado levanta a un joven y a su burro, que resultan muertos instantáneamente al caer.

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