Los últimos datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestran una situación preocupante del empleo a nivel mundial y, como no puede ser menos, también para España: «El dato final del desempleo para 2015 se calcula en 197,1 millones de personas y en 2016 está previsto que aumente alrededor de 2,3 millones para situarse en 199,4 millones». Según el director general de la OIT, Guy Ryder, estos datos suponen que «demasiadas personas aún no tienen trabajo. Es necesario emprender una acción urgente para estimular las oportunidades de trabajo decente, o correremos el riesgo de que se intensifiquen las tensiones sociales».

Me gustaría resaltar que cuando Ryder califica al empleo de «decente», significa que en la actualidad muchas personas no tienen un empleo decente porque «muchos trabajadores y trabajadoras tienen que aceptar empleos mal remunerados tanto en economía emergentes como en las en desarrollo». Un ejemplo de esto lo tenemos en España. Según los últimos datos del SEPE, el 96,3 % de los jóvenes firmó contratos con carácter temporal; únicamente el 6,7 % lo fue indefinido.

Varios son los mensajes que lanza desde la OIT el director del Departamento de Investigación, Raymond Torres, a los responsables de la toma de decisiones: 1) deben concentrarse más en fortalecer las políticas de empleo; 2) existen muchas evidencias de que las políticas sociales y del mercado laboral bien formulada son esenciales para impulsar el crecimiento económico y abordar la crisis del empleo; y 3) es urgentemente necesario afianzar este tipo de enfoque político.

Sin embargo, el presidente en funciones del Gobierno español, Mariano Rajoy, sigue predicando el mismo mensaje: todo va bien; las cosas van por el buen camino; nos estamos recuperando de la crisis económica. Pero, si todo va tan bien, ¿cómo se explica que los datos de pobreza que hay en España sean tan alarmantes? Un «12,5 % de los trabajadores españoles se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social a pesar de percibir un salario» según pone de manifiesto el último informe de la OIT (Perspectivas sociales y de empleo en el mundo 2016. Transformar el empleo para erradicar la pobreza). ¿Cómo podemos explicar que si comparamos estos datos con el resto de los países de la UE, la cifra de ocupados en riesgo de pobreza en España es tres puntos superior a la media europea (9,5 %)? Más alarmante todavía es que la tasa de riesgo de pobreza en España „según los últimos datos del INE recogidos por la OIT„ sube por encima del 30 % para los menores de 24 años.

Cambiar las políticas de empleo y mejorar los ingresos de los trabajadores, ayudaría a la recuperación económica, explicaba Joaquín Nieto, director de la oficina de la OIT para España. De la misma manera, Raymond Torres declaraba que el aumento de la pobreza se debe al deterioro de la calidad del empleo. Esto es así porque ha crecido el empleo temporal (según datos del SEPE, en abril el 90,54 % de los contratos fueron temporales) el falso autoempleo, e incluso el trabajo no remunerado y sin horario establecido.

No nos extrañemos, pues, de que los datos del CIS (Centro de Investigación Sociológicas) indiquen una vez más que para la gran mayoría de los españoles la situación económica en España es igual que hace un año (52 %) o peor (25 %). Y lo peor de todo, coincidiendo con los datos de la OIT, es que el 43,6 % de los ciudadanos piensa que va a seguir igual dentro de un año.