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La representación de los «misteris de Corpus», una tradición del S. XV

Aunque por el lenguaje empleado, los misteris del Corpus de Valencia datan del último tercio del siglo XV, no es de descartar que fueran mucho más antiguos. Está documentado que antiguamente se representaban este tipo de obras en el interior de la Catedral, incluso algunos llegaron a estar incorporados al Breviario Valentino, del que fueron separados.

Los Misteris o entremeses se dividían en ordinarios y extraordinarios; unos eran representados sobre las Rocas y otros de peu. De toda la larga lista de Misteris del Corpus de Valencia sólo han llegado hasta nosotros el de Sant Cristòfol i Pelegrins, Adam i Eva y el del Portalet, vulgo de la Degollà o del rey Herodes.

El Misteri de Adam i Eva era el más importante y popular y, por ello, se representaba frente a la antigua Casa de la Ciutat, junto a la Generalitat, sobre la Roca del Paradís Terrenal o de la Trinitat. Los otros misteris de peu eran escenificados en calles o plazas del itinerario de la procesión, acompañados de músicos.

«En 1400 y 1404, en la procesión participaba ya un grupo de personajes disfrazados de ángeles, de patriarcas, de profetas, y también de vírgenes y de santos del paraíso; bajo estos disfraces se disimulaban cantores cuyo cometido se limitaba a salmodiar el texto sagrado€ Su presencia en esta ceremonia venía en cierto modo impuesta por los usos de la iglesia», explica Henri de Merimèe.

En 1405 y 1407, hay presencia en la procesión de personajes que representaban a Adán y Eva. En 1408, aparecen figurantes de los Reyes Magos. Es en este año cuando se dispara la aparición de personas representando a personajes bíblicos. Con el tiempo estos actores „clérigos por lo general„, a quienes se les pagaba por su actuación a cargo del erario municipal, formarían compañías de actores, consolidándose el teatro religioso del Corpus, nacido, en un principio, del canto y la danza y la declamación.

De actuar a ras de suelo, se pasó a hacerlo sobre las Rocas, que sirvieron de estrados, escenarios o plataformas rodantes, costeadas unas por Órdenes Religiosas, otras por Gremios y otras a cargo del Consell de la Ciutat.

Interpolados entre les roques iban los misteris a peu y los personajes bíblicos como los Profetas y los Patriarcas, a los que el pueblo bautizaba con peculiares nombres o apodos como en el caso de Noé, l´Agüelo del colomet.

Los Misteris estaban redactados en la Lengua Valenciana que se hablaba y escribía en los siglos XV y XVI, lo que denota la antigüedad de estas piececillas teatrales y documenta, en parte, el habla de aquella época, aunque sus textos sufrieron algunas modificaciones al ser copiados en el siglo XVIII por copistas que sustituyeron palabras arcaicas, que ya no se entendían, por otras más modernas de uso corriente.

De sus autores desconocemos sus nombres, pues no era costumbre en el siglo XV en este tipo obras menores ponerlos; todo lo contrario de lo que ocurrió en el siglo XVI, que lo firmaban todo, hasta el suelto, gacetilla o brevecillo más pequeño.

El autor o director de cada Misteri solía hacer la loa vestido de saragüell de grana ungarina, en manegues, vara y sombrero en plomes. La loa o lloa en el teatro antiguo era el prólogo, introducción con que solía dar principio a la función, generalmente para captar la atención del público.

De la larga y variada lista de misteris en la víspera y propio día de la fiesta del Corpus de este año, sólo tres han llegado hasta nuestros días: el Misteri de Adam i Eva, Sant Cristòfol i Pelegrins, y el del Portalet también conocido por la Degollà o Rey Herodes.

De los misterios tenemos noticia a través de un manuscrito que se conserva en el Archivo Histórico Municipal de Valencia, una copia realizada en 1672 del volumen original, el cual desapareció. Era un volumen que utilizaban los actores para las representaciones. En 1759, fue impreso el primer Misteri.

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