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Iglesias delegado

La noche del martes presentaba dilema en horario de máxima audiencia. Dos monarcas matinales competían en dos formatos diferentes y un mismo invitado, el político omnipresente que ha crecido delante de las cámaras, Pablo Iglesias. Por peligro de saturación tenía que decidir: Susanna o Ana, esa es la cuestión. Al final me decanté por la reina absoluta, no por fidelidad de súbdito televisivo sino por el formato, un Juego de niños versión política siglo XXI que prometía ser más entrañable. Se le daba bien a Ana Rosa lidiar con niños poco aleccionados y viéndola me vino a la mente recuerdos de mi profesora adorable en la antigua EGB .

El espacio no destacó en audiencias pero resultó entretenido, gracias a la espontaneidad que desprende aquel que está descubriendo el mundo y cuyas únicas referencias del universo adulto son las de sus seres más queridos, véase padres y abuelos. Tal vez por eso y por tener un poco la asignatura aprendida, al líder de Podemos le pusieron sobre el pupitre los temas manidos que se suelen plantear a la formación morada. Que si vais a quitar la semana santa, las segundas vivendas, la monarquía y todo eso. Pablo no ese perfil de político antiguo que coge y besa a los niños en la calle cuando tiene una cámara delante y eso se notó en la clase plató, donde a veces demostraba que podía llegar a tener más empatía con Marhuenda que con alguno de los alumnos preguntones. Ana Rosa estuvo rápida de reflejos a la hora de poner orden en tanta sinceridad, pero el curso resultaba demasiado avanzado y tuvo que incluir en la lección del día, la explicación del léxico en temas tan poco infantiles como el subsidio, pacto o campaña electoral. Iglesias lo intentó pero me daba la sensación que la mitad de los peques no entendieron nada. Pero como animal de masas que es, acabó ganándoselos y para conseguirlo no tuvo que prometer chuches para todos. Si Pablo se presentase a delegado de la clase hubiese ganado con mayoría absoluta. Tan sólo tuvo que prometer eliminar lo deberes en primaria. Ingenuas criaturas...

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