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Mujeres tras el objetivo

Mayo de 1975. La estadounidense revista Vogue marca un giro decisivo en la fotografía de moda. No sólo publica una explosiva Histoire d´O de Helmut Newton, sino diez páginas de bañadores firmadas por una autora, entonces prácticamente desconocida: Deborah Turbeville. La foto más impactante mostraba cinco mujeres aisladas en una casa de baños vacía y un tanto destartalada. Según el juicio de la historiadora Diana Edkins, «se evidenciaba así que era posible ilustrar la moda no directamente, sino aludiendo de manera sutil a su atmósfera».

La aportación femenina a la fotografía, con ejemplos sobresalientes como el de Turbeville „que llegó a lo más alto„ ha estado, sin embargo, oscurecida por brillantes colegas masculinos, cuyos nombres han acaparado la notoriedad. Pero actualmente parece ue la atención se vuelca en estas mujeres que ganaron un merecido puesto de honor con su personal visión artística. La recién inaugurada Photo España, que hasta final de agosto exhibirá en distintos enclaves a más de trescientos autores, cuenta entre ellos, por ejemplo, con la muy reconocida Inge Moranth, o Juana Biarnés, primera fotoperiodista española, y una de las más avanzadas en la fotografía de moda, Louise Dahl-Wolfe, sobre la cual se publica además un libro. Otro libro, Now and then, se dedica a la franco-británica Sarah Moon que, como Lee Miller y la citada Deborah Turbeville, fue modelo antes que fotógrafa (también cineasta), incidiendo „como su predecesora Turbeville„ en enfatizar el clima emocional por encima del grafismo escueto. Habitual en las grandes revistas de los 60 y 70, Sarah Moon impuso su estilo inconfundible.

Pionera ilustre fue Lillian Bassman, neoyorquina de ascendencia rusa, cuyas fotos de la alta costura de los años 40 y 50 empleaban técnicas vanguardistas en la época. «Cualquier fotografía de personas vestidas „hombres o mujeres„ solas o en grupos, puede ser interpretada como una foto de moda», ha dicho Robert Delpire, añadiendo: «Todas son testimonio de un cuidado de la apariencia, que es la esencia misma de la moda. Yo diría que, incluso cuando la ropa es algo secundario o casi inexistente, la moda „en actitudes, pose o elementos decorativos„ está presente. Como es el caso de Eve Arnold, primera mujer que logró formar parte de la mítica agencia Magnum, fundada por Cartier-Bresson y Robert Capa. Entre sus numerosas imágenes de las más rutilantes estrellas de Hollywood me gustaría destacar, ahora que se conmemoran los noventa años de su nacimiento, la fotografía de una Marilyn Monroe semidesnuda, acentuando un paralelismo entre sus curvas y las de la silla en la que se sienta y el fuerte contraste de una mano anciana que coloca la rubia melena de la star. Es y no es, a la vez, una foto de moda que bastaría para situar el nombre de Eve Arnold junto a los de Deborah Turbeville, Louise Dahl-Wolfe, Sarah Moon, Lee Miller, Lillian Bassman y algunas más, como Dorothy Wilding, de la que quisiera ocuparme otro día.

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