El Consell acaba de prohibir que los alumnos de las universidades privadas puedan hacer prácticas en los hospitales públicos, sin acabar de medir las consecuencias de esta decisión, que a mi entender no está ajustada a derecho. Y no lo está porque los hospitales públicos se financian con dinero de todos los ciudadanos, incluso de los familiares de los estudiantes de las privadas, lo que en buena lógica les da pleno derecho a su acceso. Por lo que pienso que es materia para recurrir con éxito.

Porque no parece legal que a estudiantes de unas universidades autorizadas de acuerdo a la ley, se les prive de realizar una formación integral impidiéndoles a final de su carrera el disponer de una amplia formación práctica en todas sus especialidades. Lo que se está favoreciendo es la mala formación de los técnicos superiores sin más motivo que la pataleta política y eso será malo para sus pacientes del mañana.

Lejo de discusiones, las universidades privadas han puesto muy alto el listón de la formación práctica y docente, tal como se ha demostrado en las pruebas del MIR que son la mejor prueba del algodón, por lo que si hay que hacer algo es favorecer su desarrollo y mejora. Y con la nueva medida se impide que sus estudiantes tengan acceso a procesos y técnicas que solo existen en algunos hospitales públicos, con unidades de referencia, pagados por ellos, repito.

Las universidades privadas realizan su tarea formativa sin ayudas públicas, siendo costeadas por la familia. Si tenemos en cuenta que formar a un profesional de la medicina le cuesta al Consell 9.500 euros al año, el pecado familiar es ahorrar en siete años 66.000 euros al Consell, lo que ya sería motivo suficiente para fomentar su desarrollo y éxito. Aquí lo que se impone es gastar ese dinero para que se vayan a ejercer fuera de Valencia y de España. Muy inteligentes nuestros políticos.

Cuando se acercan elecciones se pide conocer los respectivos programas de los partidos. Con la izquierda no hay que molestarse porque siguen en Altamira. Todo se reduce a ataques a la religión „a la católica, que con los mahometanos no hay bromas„ fomento del sexo y goces personales, ataque a lo privado, odio al automóvil „con peatonalizaciones abusivas„ y en nuestro caso la lengua. Y pare de contar.

Cuando lo recomendable es dejar que la actividad privada realice todas las tareas que pueda „controladas por los poderes públicos y la ley„ y dejar para lo público lo que no pueda hacer la empresa privada. Se demostró en el 89 con el hundimiento de ese mismo sistema agobiado en el interior de los muros comunistas. Pero aquí ni se enteran, aplicando medidas que provocaron su fracaso mundial. Yo creo que durará poco, por el bien de nuestros estudiantes de medicina, odontología, enfermería y fisioterapia a los que han dejado a la luna de Valencia del saber. Eso se llama ignorancia o sectarismo.