Las lluvias torrenciales han causado más de una decena de muertos en el norte de Europa, mientras la crecida del Sena en París, la más elevada desde 1920, ha mostrado la vulnerabilidad de la ciudad ante la pluviometría adversa. Se calcula que la crecida del río de esta semana, de más de seis metros, ha sido la más grave de los últimos cien años, ya que hay que remontarse a 1910 para encontrar registros superiores. Por otra parte, la nube tóxica provocada por el incendio de un depósito ilegal de neumáticos en Seseña ha generado problemas de salud pública, mientras revelaba las grietas de nuestra normativa para la protección del entorno. Hoy se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, es una buena ocasión para reflexionar ante todos los retos pendientes: desde aumentar la propia conciencia ambiental „porque todos los pequeños gestos son útiles para mejorar la salud del planeta„ a los de ámbito económico y político. Entre ellos, el avance en la adaptación y la mitigación al cambio climático, como el aumento de la inversión en investigación científica para conocer los nuevos patrones del clima ante el efecto de las emisiones de efecto invernadero. De hecho, el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), pionero en el estudio del calentamiento global, celebra esta semana su 25 aniversario, pero, tristemente, en una situación de abandono institucional. Resulta paradigmático el desafío del Sena a museos tan emblemáticos como el Louvre o el d´Orsay precisamente en la ciudad que acogió el gran acuerdo mundial para luchar contra el cambio climático, el conocido como el Acuerdo de París, unas semanas después de la firma del documento en Nueva York.

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