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La tele quiere a Pablo

Y, por supuesto, Pablo Iglesias también la quiere, cómo no la va a adorar. Algunos dirán que lo suyo con la tele es un amor de conveniencia, pero es innegable que ella le corresponde. ¿Por qué, si no, Ana Rosa empieza con él su programa 26 J Quiero gobernar? La suya fue la primera de las entrevistas en plan Juego de niños con los cuatro principales candidatos. Por orden de apoyo electoral debería haber arrancado Albert Rivera y no ser segundo plato. Pero, antes que las encuestas, la tele ya ha decidido que el gran antagonista de Rajoy es «El coletas», a quien el apodo no le incomoda y le identifica. Se lo dijo a los pequeños entrevistadores de Telecinco y a Susanna Griso, quien también lo eligió para su primer Dos días y una noche en clave electoral. El candidato de Podemos tuvo doble prime time el martes, pero ninguno de los dos programas triunfó. Y estos idilios de pantalla durarán hasta que la audiencia los separe.

Las reinas de las mañanas están algo incómodas en la noche política. AR Quintana no ha hecho caso a Hitchcock y sienta a los niños a repartir gallifantes en Telecinco. Lo más gracioso es cuando los pequeños repiten lo que oyen en casa y preguntan a Iglesias por qué le quitará a Sevilla La Giralda o por su amistad con Maduro. O con toda naturalidad hablan de noviazgos con Rivera y le sugieren que fiche a Belén Esteban. Lo peor del formato es que Ana Rosa, más que dar cancha a los niños, les corta para meter baza y resta espontaneidad a estos encuentros con candidatos risueños.

¿Se acuerdan de cuando besaban niños en campaña? Pues eso. La apuesta de Susanna Griso es opuesta y buscó dos rombos en su convivencia con el líder podemita, dispuesto a hablar de preferencias sexuales con normalidad y más desenvuelto que la periodista en sus charlas. Pablo Iglesias lo tiene tan claro que reducirá a la mínima expresión sus actos de campaña para volcarse en la tele. ¡Menos mítines y más programas! A la espera de los debates realmente políticos habríamos de debatir si todas estas horas de entretenimiento audiovisual con los candidatos sirven para algo. Porque cada vez resultan menos entretenidas.

DOS TAZAS. Mala semana para el telespectador harto de candidatos. Si no quiere campaña, dos tazas. Lo mucho cansa y aún es la previa. La repetición de las elecciones trae hoy otra repetición: la del debate cara a cara entre Iglesias y Rivera frente a Jordi Évole. El periodista ya ha contado que esta vez no será en un bar por exigencia de una parte. Así que el escenario será más formal en este partido de vuelta porque algo ya ha cambiado. La nueva política también impone condiciones.

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