La más reciente, que no la última, absurda discusión entre los partidos políticos tiene que ver con la utilización del término "patria", esa palabra manoseada hasta el cansancio por todos y todas, que nadie se me enfade. Somos muy dados (y dadas) a mantener debates sobre ideas que, a la postre, resultan definitorios sobre nuestras ganas de perder el tiempo.

La historia nos ha llevado a que ciertas opciones políticas se crean poseedoras de determinados conceptos. Por ejemplo, parece desterrada la idea de una derecha republicana, del mismo modo que sentirse español se percibe como patrimonio de los conservadores. Resulta "cool" el estampado de cualquier bandera del mundo en una camiseta pero la propia da motivos para que te señalen.

Ha habido patriotas de todos los signos: patriotas fascistas y patriotas comunistas (recuerden el FRAP); patriotas terroristas, patriotas genocidas; patriotas que trabajaron por el avance tecnológico o intelectual de su tierra; patriotas que se pusieron al lado de los débiles, y patriotas que contribuyeron a la desigualdad. Ya sabemos que todos ustedes que concurren a las elecciones el 26-J son patriotas, porque de otro modo no estarían tan interesados en gobernarnos. La duda que nos queda es si son patriotas por el interés de todos los que estamos aquí o por el particular.

Da igual lo efusivamente que agiten nuestra bandera (esa que jurídicamente hemos decidido como símbolo), da igual lo mucho que griten su amor a este país, a este estado federal, a esta nación de naciones. Lo que a la postre les hará patriotas será que consigan que quienes compartimos esta parte del planeta, ligados por una cultura que nos aproxima, por unos referentes, por una historia o porque simplemente hemos caído aquí, tengamos las oportunidades para vivir felices, tranquilos y libres.

Porque si de lo que se trata es de convertir las palabras en arma, me han decepcionado. Esperaba que al menos se definiesen como "matriotas", por eso de desterrar la tradición patriarcal y acabar con una palabra que tiene su origen en el término latino para referir el territorio del que es originario el padre del individuo

Pongan a funcionar este país, esta tierra en la que todos habitamos, trabajamos, amamos y sufrimos en el transcurso de nuestras vidas. No nos hagan tener que volver a decirles nuestras preferencias políticas dentro de seis meses, porque ya se las señalamos hace otros seis. Actúen para que quien no tenga trabajo lo encuentre, para que los que necesitan ayuda la reciban, para que nuestros jóvenes se coman el futuro a bocados y nuestros mayores descansen dignamente. Muéstrense a favor, digan sí, dennos un tiempo de cambio y acuerdo o consigan la sonrisa de todo el país. Lo que quieran. Pero no nos hagan perder el tiempo. Gracias.