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Internet es un servicio público, y punto(.com)

Un tribunal federal de Estados Unidos falla a favor de la neutralidad en la red e impide que los proveedores de banda ancha decidan la velocidad de acceso

Internet es muchas y variadas cosas. Y, sobre todo, es un servicio público. A veces se olvida esa condición irrenunciable de la red de redes, que, recordemos, tiene su origen en un proyecto para que mejorar la comunicación con otras instituciones de investigadores, científicos, profesores y alumnos. Por si había alguna duda al respecto, un tribunal federal de apelaciones falló esta semana por dos votos a uno a favor de la propuesta de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos de considerar internet como un servicio público. Una "utility". No es papel mojado: lo que se pretende con esta decisión judicial es que se incremente la regulación necesaria para garantizar algo esencial en cualquier servicio público que se precie: la neutralidad de la red. Y su condición de escenario abierto. Objetivo: frenar los llamados "canales rápidos" de pago que ofrecen una mayor velocidad de navegación para aquellos contenidos por los que sus creadores de contenido hayan pagado una tasa a las empresas proveedoras de banda ancha. Es decir: quien paga ese peaje va por una autopista, quien no paga va por una carretera secundaria. Tener un acceso a alta velocidad, en fin, es un servicio básico equiparable al suministro de la electricidad, el agua o el teléfono y ninguna compañía puede frenarlo o bloquearlo.

Y en ese cambo de batalla llega el fallo del Tribunal de Apelación, que tumba la demanda de operadoras de telecomunicaciones como AT&T y Verizon que defendían su derecho a decidir quién puede correr o quién puede ir andando al acceder a determinadas páginas web. En cualquier caso la guerra continúa: nadie duda de que la industria acudirá al Tribunal Supremo para intentar arrimar el ascua a su lucrativa sardina, argumentando que las vías rápidas de pago son la mejor forma de inyectar dinero a los avances tecnológicos. Pero sus contrincantes son poderosos y no solo en el terreno de la justicia: a favor de la neutralidad en la red se encuentran también gigantes como Amazon, eBay, Facebook, Google, Microsoft, Netflix, Twitter y Yahoo.

El debate, en cualquier caso, sigue abierto y no será la última vez que la divergencia de puntos de vista sobre la regulación de internet acabe en los tribunales. Los contrarios a la existencia de canales rápidos consideran que consumidores e innovadores tienen todo el derecho del mundo a entrar sin ningún tipo de obstáculos a toda la red, sin excepciones, y que esa libertad de movimientos es una garantía de que internet siga siendo una revolución donde la libre expresión y el crecimiento económico sean señas de identidad a los que no se debe renunciar por más que las presiones de determinados sectores empresariales intenten acotarla. Y esa pugna se mantendrá, alertan los analistas, mientras las autoridades políticas de Washington no se sienten de una vez por todas a desarrollar una legislación clara, precisa y definitiva sobre la protección de los consumidores. La administración Obama, que ya está en su cuenta atrás para abandonar la Casa Blanca, se ha mostrado siempre contraria a convertir a los proveedores en "guardianes pagados" y defiende "una internet abierta, justa y libre como lo conocemos hoy, una que permanece abierta a la innovación y al crecimiento económico", en palabras de su portavoz. Es decir: una red propicia para nuevas inversiones, nuevos servicios en línea y nuevo contenido. Con los republicanos otro Trump cantaría.

Europa "is different". Titanes del bando de las telecos como Telefónica, Vodafone o Deutsche Telekom se oponen a la neutralidad en la red tal como la modela la Casa Blanca porque, afirman, quienes salen beneficiados son Google, Apple, Facebook y demás. Por eso reclaman a la Unión Europea la neutralidad digital para que operadoras y empresas de internet tengan las mismas regulaciones, sin distinciones. Continuará...

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