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Cumpleaños feliz

Eramos cincuenta periodistas, pintores, amigos, su pareja Mari, éramos unos pocos menos de los años que cumplía y esperábamos a J.J. Pérez Benlloch en El Celler del Tossal para darle una sorpresa por su aniversario. Se la dimos, pero J.J. se enderezó para entrar garboso en el salón y mascar desde ese momento las palabras que diría, sabedor de que el único lenitivo de un discurso a los postres es la brevedad. Citó la oratoria norteamericana que la exige, al tiempo que suele incluir una nota de humor y la dosis justa de sentimentalismo. Cumplió con los preceptos.

El visionario puede equivocarse en casi todo menos en su visión y la suya la tuvo siendo un veinteañero kennedyano de flequillo indomable, un caballero sin espada (Frank Capra), que quería un país y una prensa libres, cosa que se perdió en gran medida, y sensible a la suerte de currantes, rumanos y hermanitas de la caridad, cosa que nunca llegamos a alcanzar. En un momento en que casi toda la oposición era comunista, se hizo socialdemócrata y valencianista. Y como ya era un veterano entre pipiolos cuando la caída dels déu d´Alaquàs, les decía a los grises: «traten bien a estos señores que pronto mandaran mucho». Así fue.

Vicent Soler, presente en la comida, era uno de aquellos jóvenes y vuelve a mandar aunque con la calderilla tasada por el guardián del anillo, el ministro Montoro, que ni liquida, ni se muere, ni nos deja cenar. Ciertos fracasos son más importantes que algunos de los logros que hinchan currículos como buñuelos, algo así como las heridas de asta a la altura de la femoral. No importa: todo el mundo tiene derecho a reproducirse; obedientes y cornúpetas, también. El caso es que estos homenajes eran muy corrientes en tiempos más piadosos, pero ahora la consunción acelerada de las promociones, deja a los jóvenes periodistas sin predecesores ni antecedentes, sin código genético, de manera que, dice Rafael Poch en La Vanguardia, las televisiones francesas se distraen con rompelunas, yihaidistas y hooligans, pero aun no han descubierto que hay una revuelta en marcha. Y que cumplas muchos más.

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