No hay más excusas ni oportunidades. De estas segundas elecciones -no elegidas- tiene que salir un Gobierno para España y ha de pasar por el consenso y la humildad. PP y PSOE deben agachar las orejas y, con ellas, la cabeza ante unas urnas que piden cambio a gritos, y un cambio a mejor. Ya ocurrió hace seis meses, pero solo Ciudadanos quiso y supo escuchar. La fórmula de la alternancia bipartidista se ha agotado, las mayorías han acabado y hay que hacer un ejercicio de reflexión, pero sin pausas. Los antiguos partidos mayoritarios tendrán que analizar cómo y por qué han ido perdiendo la confianza de la ciudadanía por el camino, pero mientras encajan el golpe, deben dejar paso.

El PP debería pedir perdón y apostar por la regeneración para resultar creíble. De lo contrario, seguirá instalado en el inmovilismo y perpetuará el bloqueo del país. La primera llamada que Ciudadanos hizo tras el 20D fue al Partido Popular y encontró, como el Rey, un no por respuesta. Lo que hicimos con el acuerdo con el PSOE es evitar un Gobierno populista que trajera un cambio a peor. Rajoy debe recapacitar, dar un paso al lado y permitir que quienes creemos en el potencial de España y sabemos de sus problemas actuemos.

La solución de este desencuentro que ya dura demasiado tiempo está en el centro, en el punto de encuentro de las fuerzas constitucionalistas y lejos de los extremos más radicales que no tienen un plan viable para España. Los ciudadanos fueron claros con sus votos. Nos pidieron cambios, pero también diálogo. Las actitudes de PP y Podemos han sido egoístas. Han buscado sillones, han cerrados muchas puertas y han permitido que otras sigan girando; se han reprochado todo y no han extraído nada. Han sido incapaces de anteponer el interés general al partidista.

En política, como en la vida, hace falta humildad, hace falta valor. El respeto y la confianza ha de ganarse y C´s ha demostrado estar capacitado para conseguir ambos. Hemos sido los únicos capaces de mirar a izquierda y derecha para lograr un Gobierno moderado. Tras el 26J, volveremos a sentarnos, a hacer propuestas, a negociar y a ceder. Tener proyecto pasa por tener ilusión y un equipo de personas que más que una idea de España, saben qué necesita España. Y desde luego no es cruzarse de manos o dejárselas atar por otros. Hay que actuar con coherencia, sensatez y respeto, con amplitud de miras y un programa sincero. Ahora es el momento de quienes creemos en los ciudadanos y su futuro.