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Del pronóstico al resultado

Del pronóstico al resultado hay un buen trecho. Hay quienes se escudan tras el recuento (que confunden con el escrutinio) en el fallo de las sofemasas, demoscopias, sigmas y del CIS. Es como creer en que las meigas son las culpables de todo lo que sucede a Macbeth. Las razones son varias, estaban en las raíces, en el origen en diversos casos.

Algunas he ido apuntándolas en esta «taula pero les resultaban indigestas a los locales y a los de allá (no de Hala Madrid!). Me permití dudar de la suma matemática de IU y Podemos, supongo que no lo consideraron y por ello la culpa es de Rajoy (hombre, le sirvieron en la bandeja un argumento tradicional de la derecha española). Y también adelanté que tras seis meses empantanados podía crecer el desánimo y la abstención, lo que se ha cumplido por partida doble con el PSOE y con Podemos y ha afectado en parte a Ciudadanos.

Lo que no señalé es que iba a remontar el PP en la Comunitat Valenciana. Sea trasvase desde Ciudadanos o voto oculto, ya era el primer partido y si ha sido desplazado por las alianzas ahora vuelve a ir viento en popa, sabe pues utilizar lo del voto útil y el descontento generado en las clases medias, lógico. Algunas de las campañas han sido verdaderamente inútiles y a destiempo, no hay que despertar a la fiera dormida o a los fantasmas. Pero como hay un beaterio de la mayoría circunstancial que no quiere ver los fallos, ahora mira los resultados y ve que no son halagüeños, se pierden votos, por segunda vez, hay pues menos credibilidad. Se entiende también que aquí la campaña fue distinta a la de Andalucía, porque estaban trabados en el Botànic. La pugna era real pero había que maquillarla. Aquí paz y allá guerra.

Las malas caras han sido el resultado de creerse esos pronósticos al alza y esa meta -no de ganar al PP- sino de adelantar al PSOE, que no se ha producido allá, en el rompeolas de las Españas y que aquí deja a un margen muy grande(13 a 7) a los que pretendían que ese era su verdadero objetivo, ser los primeros, y no los segundos, en conjunto, ya se vio la noche electoral, quedaron los terceros, lo que no está mal para una formación que tiene dos años. Pero no les permite jugar el papel que deseaban, ya se repartían no sólo escaño, sino ministerios...

De todas formas si algo persiste es la dificultad de formar Gobierno, la dificultad de negociar y de hacer pactos, más allá de personalismos y de diferencias ideológicas. Buscar lo que une no es suficiente ahora. Ya preví que sería más difícil todavía y el bloque de izquierdas no suma lo necesario y lo suficiente y no bastaría ahora el centro-izquierda con la abstención de Podemos ante los 137 noes del PP. Ya no existe esa posibilidad de desplazar a Rajoy, que pasó y no sabemos si volverá.

Lo de la gran coalición a la alemana está verde y no tiene visos de plasmarse, por cierto en Alemania no perjudicó electoralmente al PSD. Pero el PP tiene unas raíces y una historia diferente a las de la DC de la antigua República Alemana. Al PSOE le han perjudicado las rencillas internas, que van a seguir. Estuvieron dando zarpazos durante meses y al final se paga. En el peor resultado de la historia han participado todos. Y si se forma Gobierno y hay luego congreso ya se dilucidará a dónde van a parar. Cara a las vascas y las gallegas tendrán que sobreponerse o dejarse arrastrar.

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