El camino recorrido por algunos entes radiotelevisivos autonómicos españoles en los últimos años ha empobrecido el espacio público de la comunicación audiovisual de proximidad española. El cierre de algunos de los segundos canales, la reestructuración de los antiguos organigramas de muchos de los entes fundacionales o los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) supusieron el fundido a negro de nuestra radiotelevisión valenciana.

Ante la precariedad del sistema comunicativo público valenciano, la futura radiotelevisión valenciana tiene una ocasión especial para poder crear un nuevo modelo plenamente conectado con el entorno digital. Ha llegado el momento de aprobar el marco regulatorio del servicio público de radiotelevisión con el máximo consenso posible, a fin de integrar el conjunto de la producción audiovisual valenciana en un modelo de financiación estable y una gestión profesional e independiente del poder político. Este es el gran reto para garantizar el servicio público audiovisual con todas sus consecuencias sociales, culturales, lingüísticas y empresariales, desde el mantenimiento de la universalización informativa, la independencia ideológica y la libre accesibilidad.

La constitución de esa nueva gobernanza y la creación de los respectivos organismos de dirección y control de la nueva corporación deben dar paso a un nuevo modelo radiotelevisivo público, eficaz y transparente. Organismo que deberá seleccionar y contratar a los mejores profesionales, teniendo en cuenta la ley de contratación laboral de cualquier empresa pública. Seguro que, desde la libre concurrencia, muchos de los grandes profesionales de la antigua RTVV reúnen el requisito.