En esta ciudad, llamada oficialmente Nuestra Señora de La Paz, la distribución de los habitantes en función de la altitud según la renta per cápita puede resultar sorprendente para los turistas más observadores porque es totalmente opuesta a la de ciudades de latitudes elevadas y medias. En las zonas elevadas vive la gente más pobre, mientras que las clases sociales más favorecidas viven en la parte baja de la ciudad. Esto está relacionado con las bajas temperaturas de la zona elevada de la urbe.

A pesar de estar en una zona de clima tropical, sus 3700 metros de altitud provocan temperaturas frías y sobre todo sensaciones térmicas bajas por efecto de los vientos que provienen de la cordillera cercana de los Andes. No obstante, las temperaturas mínimas absolutas no son en absoluto comparables a las de ciudades de clima frío o de clima templado frío.

Por ejemplo, las olas de frío que pueden producirse no tienen tanta intensidad en esta ciudad como en Estados Unidos, en el hemisferio norte del continente, por efecto de la baja latitud y por la oceanidad del hemisferio sur donde se ubica esta bulliciosa urbe boliviana.

Los «rayos de sol» que vemos a veces colarse entre las nubes son en realidad miríadas de pequeñísimas partículas en suspensión iluminadas por nuestra estrella. La luz, pese a que nos permite ver, es invisible.

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