El Partido Popular extendió durante los veinte años de gobierno en la Generalitat una amplísima red clientelar que supuso un buen número de casos de enchufismo y contratos irregulares en todas las administraciones públicas valencianas, en los ayuntamientos, diputaciones, Generalitat, sanidad, etcétera. Se trata de una impresión generalizada, y si no se denunciaron en su tiempo fue debido al temor que sentían ante posibles represalias las personas perjudicadas. Cuando los sindicatos, en concreto UGT, intentamos denunciarlo nos hemos encontrado con enormes dificultades. En primer lugar, desde la publicación del EBEP, los sindicatos no formamos parte de los tribunales, en segundo lugar, ha sido prácticamente imposible encontrar pruebas fiables, y en tercer lugar, nadie quiso poner en nuestro conocimiento esas situaciones.

Con el cambio de gobierno en la Generalitat, empiezan a salir a la luz pública alguna de esas situaciones, todos y todas hemos oído a través de un medio de comunicación grabaciones radiofónicas donde se le indicaba a una médico que renunciase a la toma de posesión de su plaza, bajo amenazas, y el amenazante concluía «aquí las cosas son así». Y así han sido durante años: la UGT en concreto abandonó el llamado bolsín de contratación de la Consellería de Sanidad hace años, porque no queríamos con nuestra presencia legitimar esas prácticas que en muchos casos no tenían nada que envidiar a «la mafia calabresa», otros sindicatos no hicieron lo mismo que nosotros.

Nosotros seguimos empeñados en que el sistema de contratación a través de bolsas sea absolutamente transparente y todo el mundo sepa en cada momento el lugar y la oportunidad que tiene. El nuevo gobierno está siendo cauteloso en el tema de los nombramientos, en la Consellería de Sanidad en concreto, jamás se ha sido tan escrupuloso a la hora de proceder a reclutar a los cargos directivos de los Departamentos de Salud. Se han exigido currículums, se ha procedido a los correspondientes concursos para su nombramiento, etcétera.

Lo que sorprende es que ahora, justamente ahora, el PP y algún sindicato afín despliegan la bandera de la transparencia cuando durante años han hecho de su capa un sayo y han hecho literalmente lo que les ha dado la gana cuando tenían oportunidad de ser ejemplares durante sus 20 años de mandato. En 20 años, jamás el gobierno del PP convocó ningún concurso para proceder a nombramientos de gerentes, directores y subdirectores médicos, ni directores y subdirectores de enfermería.

Repito que UGT denunciará todo intento de vulnerar los derechos de los y las trabajadores/as a la hora de ser nombrados para algún cargo de libre designación, que no lo olvide nadie, libre designación, con la voluntad de que los mejores sean los que ocupen esos cargos. La afirmación anterior sirve también para cuando se intente que familiares de altos cargos de la administración intenten vulnerar los principios de publicidad, mérito y capacidad a la hora de acceder a la administración.

Yo recuerdo a la vicepresidenta del Consell referirse a la ética y a la estética cuando se trataba de nombramientos de algún directivo de empresa pública, perfectamente legal, pero falto de estética según Mónica Oltra. Recientemente ha saltado a la luz pública la contratación de la hija de un alto cargo de la Conselleria de Sanidad, parece que posiblemente favorecida por su parentesco, además de otro asunto familiar. Lo lógico es que la reclamada ética y estética se aplique también en este caso y se asuman las responsabilidades políticas que deban asumirse.

Este gobierno tiene la obligación de ser ejemplar, no puede dilapidar el enorme caudal de ilusión despertado, ni defraudar la esperanza de que las cosas fueran a cambiar. Así que firmeza en el mantenimiento de la ética, la estética y la depuración de responsabilidades políticas que sean necesarias.