Decía Unamuno que a veces quedarse callado equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Desde Ecoembes tenemos clara esta máxima y por eso no podemos mantenernos en silencio ante el anuncio de una posible implantación en la Comunitat Valenciana de un Sistema de Depósito Devolución y Retorno (SDDR) para los envases de bebidas.

Ni los valencianos ni ningún ciudadano de nuestro país se merece que nos mantengamos al margen y no les alertemos de un movimiento que nos parece preocupante. Sí, preocupante porque la puesta en marcha de este sistema no persigue un objetivo ambiental „la logística de recogida implica elevar peligrosamente las emisiones de CO2 así como desincentiva la separación en origen de los residuos no sujetos a este modelo„ sino que detrás del SDDR se esconde una operación comercial orquestada por una multinacional noruega que quiere embolsarse cientos de millones de euros por la venta de las máquinas necesarias para la operativa de retornar los envases.

Este sistema adicional e innecesario, que penaliza al ciudadano cobrándole un sobreprecio por un producto envasado cuando lo adquiere, tiene más sombras que luces. Se resume en una monumental confusión para los ciudadanos, pues este modelo sólo es apto para un tipo de envases, implica enormes esperas en los supermercados para recuperar el dinero que adelantemos, supone una bolsa de basura más en casa a pesar del poco espacio del que se dispone en las viviendas actuales, y un enorme riesgo de que los ciudadanos centren sus esfuerzos en reciclar sólo este tipo de residuos (que le penalizan con 10 céntimos por envase) sobre los que ahora están separando de forma voluntaria tan sólo utilizando el contenedor amarillo. Como ya ocurrió en otros países donde funciona, podríamos poner en peligro todo lo avanzado y retroceder por agotamiento de los ciudadanos.

Desde Ecoembes reconocemos la potestad que las administraciones tienen para buscar alternativas que incrementen el reciclaje de envases domésticos, pero no entendemos la ausencia absoluta de colaboración en la decisión unilateral planteada. Y vamos más allá. No compartimos tampoco los datos que se están utilizando para avalar el SDDR y desacreditar el actual modelo. No sólo eso, sino que además se están utilizando para confundir a la sociedad y buscar alternativas a un problema que actualmente tiene la solución encima de la mesa.

De hecho, y haciendo gala de la cita de Unamuno con la que comenzaba, ya hemos trasladado personalmente a la conselleria nuestra opinión al respecto ofreciéndole de nuevo los datos reales que han sido corroborados ya que provienen de las propias administraciones locales. Sin ir más lejos, durante el año pasado, 146.464 toneladas de envases domésticos no acabaron en un vertedero y se pudieron reintroducir al proceso productivo. En este punto hay otro dato que es conveniente aclarar. En 2015, en relación a los envases de bebidas que potencialmente estarían sujetos al sistema de depósito, se pusieron en el mercado 4,5 millones de envases de bebidas al día „y no 7 como se ha llegado a decir„ es decir, 40.010 toneladas de envases al año, de los que se reciclaron 32.806 toneladas (3,53 millones de envases al día), lo que arroja una tasa del 81,8%. Unas cifras que difieren mucho de las defendidas y que ofrecen, por lo tanto, una realidad deformada que invita a reflexionar sobre la idoneidad de este nuevo modelo.

Estos datos no son, por consiguiente, fruto de la espontaneidad. En Ecoembes llevamos más de tres lustros trabajando junto a la Comunitat Valenciana para trabajar en aras de la economía circular y el cuidado del entorno natural. Un hecho que nos anima a no conformarnos y a trabajar para seguir mejorando, adaptándonos a los cambios y a la evolución de la sociedad. De hecho, estamos explorando constantemente mecanismos que fortalezcan el cuidado del medio ambiente a través del reciclaje, siempre desde de la eficiencia y la innovación.

Un ejemplo es el plan que presentamos a la Consellería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural el pasado mes de septiembre y que desde entonces descansa en un cajón. Desconocemos cuáles son los motivos, pero sí sabemos qué es lo que hubiese significado: un impulso de la recogida selectiva de todos los envases que van al contenedor amarillo y azul así como un incremento de las cifras de reciclaje de la región y, por ende, de los pagos que Ecoembes realiza a las entidades locales por ese aumento de toneladas recicladas. Sabemos que hay margen de mejora y es por ahí donde queremos trabajar.

Pero pese a no obtener noticias, y recibir una negativa a recibirnos para seguir avanzando, no nos hemos quedado quietos. Hemos seguido trabajando en pos de los ciudadanos de la Comunitat Valenciana a través de la concienciación, hemos puesto en marcha acciones concretas, que se han materializado, por ejemplo, en la instalación de un millar de contenedores nuevos en las provincias de Valencia, Alicante y Castellón, hemos desarrollado recogidas selectivas en conciertos, festivales y eventos deportivos, y hemos estamos colaborando con el sector hotelero, con un proyecto muy ambicioso en más de 200 hoteles de Benidorm. Este es, por lo tanto, el camino a seguir y así seguiremos.

Por mis raíces valencianas, por lealtad a los ciudadanos, por la necesidad que tiene nuestro planeta de que le cuidemos, no queremos y no vamos a defraudar a todas aquellas personas que día a día demuestran su compromiso con el reciclaje y ponen su granito de arena para construir un futuro sostenible.