Menuda papeleta le queda al conseller de Economía, Rafael Climent. Ahora sí que tiene que tomar una decisión que tendrá consecuencias, por activa o por pasiva. La situación de la directora general de Internacionalización, Mónica Cucarella, después del informe de Transparencia es insostenible. No concede ni un solo resquicio al conseller de Economía. Habla de falta muy grave, de ocultar información „su cargo en la estación de servicio„, de incompatibilidades, de responsabilidades políticas y sugiere sanciones por parte de Administración Pública. En fin, un dechado de virtudes.
Por mucho que la directora general defienda que «no hay ninguna causa» para dimitir, y que considere que lo que hace falta «es trabajar e intentar hacer las cosas bien», Cucarella es, en términos políticos, un «cadáver» en espera del entierro.
No obstante, si ha decidido mantenerse de pie hasta el último estertor es porque cuenta con el apoyo de su superior, el conseller de Economía. Un Climent que debe sumar a los alientos que ya sentía a su espalda el de Podemos, ahora que se ven preparados para dar el salto al Consell y hayan mostrado su inclinación por el área económica. «Hay cambios que no se pueden propiciar desde fuera», dice Antonio Montiel.
No sabemos si quedará o no mucha gasolina en los depósitos de la estación de servicio de Alzira de la familia de Cucarella, de la que ha sido apoderada, „eso lo sabrá su compañera de Industria, Julia Company, cuando tenga que asumir su limpieza y descontaminación, que por supuesto, pagaremos entre todos„ , pero el cóctel molotov que ha montado en Compromís no es pequeño.
Mónica Oltra ya está de luto tras haber tenido que asistir hace unos días al «sepelio» de la número dos de la conselleria de Sanidad. «¡Ay de los tiempos de «en cuestiones políticas la mujer del César tiene que serlo y parecerlo, y el marido también» referidos al de Carmen Montón. Bien es cierto que en el caso de la exsecretaria autonómica de Sanidad, Dolores Salas, a Oltra le ha costado un mundo desprenderse de ella. Eso sí, fue una despedida como Dios manda: dimisión, no destitución. Y además con alfombra roja en forma de declaraciones de la vicepresidenta: «La valiente labor» de Salas; «una gran pérdida»,..
Lo dicho, malos tiempos para Compromís en sus diferentes vertientes: Iniciativa, Bloc,..
