El cambio climático es, ante todo, un cambio en el balance energético planetario. Un complejo sistema de entradas y salidas de energía entre el Sol, la atmósfera y la Tierra. En condiciones normales este balance está, debe estarlo, equilibrado. Las entradas de energía al sistema, básicamente por la radiación solar que nos llega, y las salidas, debidas a la emisión de radiación desde la Tierra y la atmósfera al espacio exterior, se compensan. Hasta aquí todo correcto. Pero si se altera algún proceso de recepción o emisión de energía dentro de este complicado mecanismo, el balance se desajusta y el clima terrestre cambia. Un Sol poco activo provoca una llegada de radiación muy pobre, y ello ocasiona un enfriamiento en el clima terrestre. Históricamente la Tierra ha atravesado épocas frías a causa de una débil recepción de energía solar (glaciaciones, pequeña edad del hielo). Por el contrario, si la radiación que emite la Tierra y la troposfera circundante y que debe escaparse hacia la atmósfera exterior no lo hace en las proporciones normales, nuestro planeta experimenta un progresivo proceso de calentamiento. En este último proceso se basa la actual hipótesis de cambio climático, de calentamiento térmico del planeta. Y se ha encontrado al agente causante: los gases de efecto invernadero, especialmente el CO2. La acumulación progresiva de estos gases estaría originando un efecto invernadero artificial, de causa humana, que impediría que la radiación terrestre que debe escapar hacia la atmósfera exterior lo estuviese haciendo quedando, por el contrario, confinada en los primeros kilómetros de nuestra troposfera. Esta alteración, este desfase, en el balance energético de nuestro sistema climático ha sido calculada en un vatio por metro cuadrado de superficie terrestre. Y esa cantidad, que nos puede parecer pequeña, explicaría la subida de temperatura que viene registrando nuestro planeta desde los años ochenta a la actualidad. De ahí la importancia en las políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.