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La legislatura de los pactos

La constitución ayer del Congreso de los Diputados, tras el pacto de PP y Ciudadanos, abre una nueva etapa en la que no hay otra vía que pactar, una cultura que tiene poca tradición en tiempos actuales. Hasta momentos antes de dar comienzo la sesión plenaria se daba por hecho que el PSOE y Podemos presentarían un candidato distinto cada uno, dejando así el terreno a Ana Pastor para presidirlo. Se habían barajado varias posibilidades antes, y hubo intentos de llegar a acuerdos, de un lado y otro del tablero. Lo reconoció así Albert Rivera, que hizo de negociador sin éxito. Hay que reconocerle valor y habilidad al líder de C´s.

Mientras presentaba otra vez a Patxi López, ello hubiera obligado a los socialistas a buscar el entendimiento con Pablo Iglesias al tiempo que conseguir que no se abstuviera el PNV y que ERC y la nueva formación Partit Democràtic Català (antes Convergència) se inclinaran por la misma opción „a cambio de que le ayuden a conseguir grupo sin cumplir el Reglamento, de forma laxa„ pero ello se basaba en correr el albur de que se planteara o bien el tema del referéndum para Cataluña o crear una comisión para estudiar el tema como pedía Francesc Homs. Y están verdes. Y ellos nutrieron los votos en blanco que permitieron que el pacto previsto el lunes pasado fructificara. Si eso apunta a la futura abstención de los soberanistas es una apuesta inesperada.

Pero una cosa es que haya legislatura „la duodécima„ y que ésta vaya a ser duradera o fecunda. En la mente de Mariano Rajoy, a buen seguro, está conseguir llegar a ser investido y gobernar en minoría, y llegar a pactar el techo de gasto y el presupuesto. A cambio de qué ya se verá. Tendrá que hacer concesiones, las mínimas que se pueda permitir. El resto es impredecible. Si Felipe VI le llama y le encargua intentar la investidura si él reconoce tener los apoyos suficientes, será siempre con Ciudadanos de socio in vigilando, pero sin entrar en el Gobierno, según apuntaba el líder de esta formación. El PP desea que haya un voto favorable de este lado. Que sería un cambio muy fuerte en sus intenciones declaradas.

En un mundo en el que saltan las costuras „las de la UE„ y se resiente la OTAN con el golpe y el contragolpe en Turquía, la tarea de ese Gobierno en minoría va a implicar todavía más dificultades. Al norte y en el Mediterráneo todo se ha ido complicando. En esa mesa en la que ahora Ciudadanos puede inclinar muchas de las propuestas y encaminar las tareas hay posibilidades de juego, pero nadie va a precipitar las aventuras, aunque habrá de parlamentar día sí y día también.

Esta democracia inicia una etapa que no va a estar exenta de sorpresas, pero va a obligar a que haya la atención máxima en el Parlamento. La vida en el Congreso de los Diputados va a tener mucha tensión. No hay rodillo posible y las sumas van a ser variables, según temas. Hemos llegado aquí tras la repetición de las elecciones y correcciones de los votantes en sus inclinaciones y preferencias. Y el nudo gordiano está muy enmarañado.

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