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Volverá a sonar en el carrillón municipal

Himno del s. XVIII para dar las horas

La Marcha de la Ciudad, himno oficial del Ayuntamiento desde el S. XVIII ha anunciado siempre la presencia de la Senyera y de la corporación en actos oficiales civiles y religiosos.

La «Marcha de la Ciudad», que pronto volverá a formar parte del paisaje sonoro de Valencia al ser reintegrado el carillón de la Casa Consistorial y sonará cuando el reloj marque las horas doce del mediodía o de la noche, es una sonata considerada desde el siglo XVIII himno oficial del Consell de la Ciutat, Cabildo Municipal, Corporación Municipal o Ayuntamiento. El carillón es un órgano aéreo de campanas, golpeadas por martillos accionados mediante palancas de acuerdo con un sistema musical, que, en el caso de Valencia, está conectado al reloj de la torre más alta del edificio central del gobierno municipal.

La «Marcha de la Ciudad» era interpretada por clarineros y timbaleros, quienes tenían consideración de empleados o funcionarios municipales, estaban muy bien retribuidos y tenían derecho a vivienda gratis, de las que tenía en propiedad la Municipalidad. Su ejecución anunciaba la presencia de la Real Senyera de Valencia y del Gobierno Municipal en los actos oficiales y solemnidades oficiales y religiosas. En la actualidad, desfilan en la procesión de Corpus Christi, la festa grossa de la Ciutat, y en el cortejo cívico del 9 de Octubre. Sus toques y redobles servían para dar solemnidad a los actos oficiales que se celebraba, con cualquier motivo, en Valencia. Incluso, explica José Ruiz de Lihory, que se interpretaba dicha composición "para dar salida a las reses bravas en la Plaza de Toros cuando preside algún edil", de lo cual aún queda algún vestigio en la actualidad, a pesar de que ya no desempeñen los concejales o el alcalde tal misión.

Tal fama tenían los músicos que formaban este grupo que en 1328 el Consell de la Ciutat prestó y envió a Zaragoza «trompadors e tabalers e nafils e dolsaina los quals uestim tots de reyal ab los panons e tot be encavalgats» para la ceremonia de coronación del rey Alfonso VI.

Los Manuals de Consells de la Ciutat están llenos de referencias a ellos siendo la primera vez que se les cita en 1258 como participantes en la procesión de sant Donís en el aniversario de la reconquista de Valencia por Jaime I, aunque por entonces lo que interpretaban no era la «Marcha de la Ciudad», composición más tardía y de la que no se tiene muchas noticias sobre su origen y composición.

En la misma procesión, por entonces religiosa y no cívica como se le llama ahora, del año 1431, en el libro de Claveria, n. 51, del Archivo Histórico Municipal, se relata que desfilaron «trompetes trompadors tabalers cornamuses sonadors destruments de corda flautes e altres qui sonaren davant la bandera de la cita ciutat auants en la dita processo».

Tocar desde las torres

Por las crónicas de las fiestas del tercer centenario de la Reconquista jaimina se sabe que se hizo nuevos trajes de «color grana, galoneados de plata, que usan los trompeteros y timbaleros de la ciudad». Primero iban a caballo, pero ante las dificultades de tocar y cabalgar a la vez, acabaron yendo a pie, como así desfilan en la actualidad. A estos músicos se les encargaba también tocar sus instrumentos en las noches de gran fiesta desde los altos de las torres de la ciudad amurallada. Su actividad, títulos y salarios fue reglada por el Consell de la Ciutat en el siglo XV. En 1749 de nuevo fueron normativizados. Para conseguir la clasificación de «mestre de trompetes de la ciutat» había que superar ante un tribunal una serie de pruebas para demostrar la destreza como clarinero. Otro tanto ocurría con los timbaleros, que tenían como jefe al tambor mayor.

El Maestro José Serrano aprovechó sus primeros compases para introducir el Himno de la Exposición, Regional o Himno a Valencia.

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