Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¡Un médico!

Miles de médicos han pensado en irse al extranjero a trabajar. No es que nos hayamos metido en sus cabezas o pensamientos. Es que son legión los que, según los colegios de médicos, han rellenado o solicitado algún papel relacionado con la capacitación para ejercer fuera de España. Cuanto menos sano está el país menos médicos tenemos. Somos un enfermo que exporta salud. No es país para médicos. Tampoco para abogados, que en algunas provincias han iniciado una campaña en pro de salarios dignos para su colectivo. No seguimos enumerando profesiones que no llegan a fin de mes o ni siquiera cobran no vaya a ser que se nos vaya el artículo en una mera lista de puteados, esclavizados, ninguneados, becados, malpagados, parados o bloqueados. Saliendo de la crisis estamos, sí. Ya. Vamos mejor al grano, o mejor dicho y al ser un artículo sobre médicos, a la herida. Numerosos países europeos, incluso alguno que no quiere serlo pero no puede luchar contra la geografía, demandan médicos españoles que no encuentran trabajo aquí o encuentran guardias mal pagadas tras las que sólo les quedan ganas de diagnosticar el propio cansancio. Un médico cansado es como un coche con escasa gasolina. El lector perdonará nuestra torpe capacidad metafórica, pero el periodismo también es una profesión en la que la imaginación no está pagada y este era el simil, ya a final de mes, que teníamos más a mano. A principio de agosto ya tendremos retruécanos, comparaciones, anadiplosis, epitalamios e inclusive graciosos pleonasmos en el coleto, vienen con la nómina, pero esta de puro raquitismo queda seca y muerta sobrepasando el día veintipoco. Para ser un texto sobre médicos se no está yendo la cosa a un gremialismo o personalismo un tanto faltón con ribetes costumbrista que haríamos bien en espantar no como se espantan las moscas distraida y poco garbosamente en una hamaca debajo de un chumbo a las cuatro de la tarde, más bien de manera diligente con rasgos de audacia. Sea.

«Noruega solicita especialistas en Radiología, Patología y Ginecología». Era uno de los anuncios que la Organización Médica Colegial colgó hace tiempo en su web; hay muchos así. La licenciatura en Medicina debería reforzar la enseñanza de idiomas. Vale más saber noruego que dónde está el fémur.

La fuga de médicos ha crecido un 22% en los últimos años. Un ejército de batas blancas españolas, blandiendo un bisturí, recorre la vieja Europa, que está enferma de insolidaridad y nacionalismo, males de los que nunca se ha curado, que periódicamente rebrotan y hasta se diría que son causa de guerra cada par de generaciones. Pero no nos pongamos tremendos ni nos alteremos, a ver si nos va a dar algo y no va a haber un médico en la sala para reanimarnos. O tal vez haya uno y haga la cura no pensando en nosotros y nuestra salud y sí en el conmovedor paisaje escandinavo, los fiordos, el salmón ahumado, la proverbial belleza de sus nativos y un recoleto apartamento pagadero con dignísima nómina. Y que nos vayan dando.

Compartir el artículo

stats