Imagino que no habrá podido resistirse y está en su derecho, pero es sintomático que Risto Mejide vuelva a la casilla de salida de su exitosa carrera televisiva: de jurado y en Telecinco. Seguro que con él como fichaje estrella la próxima edición de Got talent sale ganando, pero personalmente yo hubiera preferido que volviera a la tele el entrevistador con personalidad de Viajando con Chester. Pero el publicista que mejor se vende sabrá lo que se hace y puede incluso reinventar el personaje borde que le dio la fama. En todo caso, repito, es sintomático: las innovaciones televisivas son muy escasas en esta nuestra TDT y en verano ni eso.
Las cadenas optan cada vez más por no asumir riesgos veraniegos y jugar, si se puede, sobre seguro. Más o menos como los partidos políticos. Ahora entendemos por qué Wyoming y El intermedio se fueron de vacaciones sin esperar a que se formara gobierno. ¿Para qué? El culebrón está resultando tan anodino que no da ni para echar unas risas. A la espera de un giro imprevisto, imprescindible en todo buen guión, el bloque político de cada día en los informativos está resultando el día de la marmota. Por algo Donald Trump ha llegado hasta la candidatura republicana en Estados Unidos: como animador del cotarro mediático no hay rival que se le resista. Decirla cada día más gorda al menos garantiza el show y la tele vive básicamente de eso.
Será que los años olímpicos y con Eurocopa no dejan hueco para que la programación veraniega se atreva a arriesgar. Así que, mientras esperamos el inicio de los Juegos de Río de Janeiro, las películas y series norteamericanas se han adueñado de la parrilla. Una de ellas, Blindspot, está liderando las noches de los martes con su mezcla de misterio y policías, a pesar de que las escenas de acción parecen las del Equipo A pero con muertos. Viendo paseantes por la playa se entiende que la chica de los tatuajes sea un buen reclamo, porque a este paso será tan raro ver en la arena cuerpos sin tinta como lo es ya en un campo de fútbol.
En el punto de mira. Comentario aparte merece el nuevo programa de reportajes de Cuatro, estrenado esta semana. En el punto de mira debutó con sus reporteros viajando a China y Sudáfrica para profundizar en las falsificaciones de marcas y en las cacerías de leones. En estas fechas se agradece especialmente la ambición y el esfuerzo de medios, con cámara oculta y también con imágenes en 360 grados. Interesante ver cómo los grandes cazadores solo tienen que pagar lo suficiente si desean matar cualquier animal «salvaje» en África. Así se las ponían a Fernando VII y también a nuestro monarca emérito.
