En los últimos tiempos, el PP se ha dedicado sistemáticamente a atacar de todas las formas posibles a la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Publica valenciana y con especial virulencia a su titular, Carmen Montón. Un año es poco para arreglar los 25 años de gestión del PP. Nunca ha estado nuestro sistema sanitario tan enfermo y abandonado como cuando el PP llevaba sus políticas y sus cuentas. Los cinco consejeros que la dirigieron entre el 2000 y el 2012 están imputados, procesados o en la cárcel.

Lo que el PP ha hecho con la sanidad es dejarla caer por inanición, sin ningún reparo. La crisis les ha servido para cambiar el modelo sanitario de la Comunitat Valenciana a favor del que siempre han querido: un modelo privado sobre el público, quien puede que lo pague y quien no€ donde impera la desigualdad y la inseguridad y mientras se recortaba a la sanidad pública y otros se llevaban el dinero a manos llenas de nuestra comunidad.

Aún es mucho lo que falta por hacer, pero ya nadie duda de que el dinero público de los presupuestos va a la reparación del sistema, a programas para mejorar la salud de la ciudadania y no a las cajas B y los oscuros pliegues y repliegues de la corrupción. El actual Consell vuelve a recuperar para la ciudadanía la sanidad pública como un derecho y no como un negocio.

Tras este año, todas las personas en la Comunitat tienen derecho a la asistencia sanitaria pública. 840.000 pensionistas de rentas bajas y personas con diversidad funcional se han beneficiado de la retirada del copago en medicamentos que impuso el PP. Se ha reactivado la contratación de empleo público con 4.039 plazas que tenía paralizadas el PP y anualmente saldrá la oferta pública de empleo para acabar con la precariedad laboral.

Se ha elaborado el Plan de Salud para todas las edades. Se están arreglando infraestructuras sanitarias olvidadas y degradadas por el PP. Este año, todos los centros de Educación Especial tendrán enfermera del sistema sanitario público. Más de 7.000 personas con hepatitis C están en tratamiento, en un porcentaje mayor que la media nacional y se ha plasmado el compromiso para priorizar la detección de los casos ocultos y de que ningún enfermo se quedara sin la medicación necesaria.

Con la consellera a la cabeza hay una apuesta enérgica contra la violencia de género. Todos los profesionales estamos decididos a detectar de una forma precoz las mujeres que sufren violencia de género.

Y sí. Empezamos a recuperar la autoestima los profesionales de todos los estamentos que éramos casi los únicos defensores de la sanidad universal y pública en la etapa del PP y en especial la enfermería. Hoy, el personal de Enfermería tiene los mismos derechos y las mismas oportunidades a la hora de ser contratados, no hay currículos en cajones para los mejores contratos. El peso de los recortes no recae en la enfermería, se renueva tecnología y material necesario para el cumplimiento de su funciones y rehabilitando y adecuando los espacios de trabajo. Se sustituye al personal enfermero ante cualquier eventualidad. La enfermería empieza a estar en los órganos de decisión y empieza a ser visible. Estamos en el camino; aún falta, pero este camino es seguro y posible.