Hay situaciones que no se explican y, por tanto, no se entienden. Es más, pocos son los profesores que se dirigen a sus alumnos con un «¿entendéis?»; ya casi se ha asumido que es más razonable y más acorde con las normas de la didáctica, de la comunicación, el lanzar otra pregunta: «¿me he explicado?». Este principio también vale para regular las actuaciones del político. A punto he estado de no redactar estas líneas, pero algo me ha obligado a ello: no he entendido porque no me han explicado el baile de cargos en el Consell que se ha presentado ante la opinión pública como una solución política que permite encarar el futuro inmediato con optimismo y con medidas progresistas.

Algunos me podrían preguntar ¿qué es lo que no has entendido? Mi respuesta es directa y, además, recurre a la vía del ejemplo porque pretende ser ilustrativa: ¿Por qué tengo que considerar que quien lleva meses definiendo y poniendo en aplicación la política del Instituto Valenciano de las Mujeres debe pasar a ocuparse de áreas municipales que nada tienen que ver con lo que venía haciendo, como es el tema de seguridad ciudadana, la organización y despliegue de la Policía Local? No se da razón alguna para tan profundo, llamativo y chusco cambio.

Bien sé que la legitimidad para figurar en uno u otro lugar viene asociada al voto ciudadano, pero creo que no se debe vender una colección de cambios en los cargos como algo bueno para el ciudadano y para la buena marcha del gobierno, cuando pudiera ser que solo es conveniente o razonable para una determinada forma de entender el partido político al que se pertenece. En el ejemplo previamente comentado no entiendo la razón del cambio en función de la actividad que se venía desarrollando y que seguía en la distancia. Podríamos urgar en otros cambios de cargo, pero es innecesario porque nos llevaría a perder de vista lo que pretendemos denunciar: no se ha operado con verdad. A nuestro president podríamos decirle que no es nuestro futuro el que le inquieta, sino el suyo y el de quien le deberá acompañar en su quehacer político. Probablemente por eso la prensa nos ilustra y advierte de que Sandra Gómez será la candidata a la Alcaldía d Valencia en el año 2019.¿Para eso hay que ubicar en Bruselas a quien abrió la candidatura del PSPV a la Alcaldía? Reitero mi sospecha: no se ha operado con verdad al dar razón de los nombramientos en lo que se ha denominado segundo escalón de la Generalitat.