La confluencia de los ciclos en la naturaleza es fundamental para la convivencia armónica de las especies. Es sabido que las mariposas, tras su eclosión, dependen en gran medida de la floración de sus plantas nutricias „ya que cada especie depende de unas específicamente„. Tras su eclosión, los lepidópteros deben encontrar flores para alimentarse y reproducirse, casi a contrarreloj.

El calentamiento global está agravando la sequía en el ámbito Mediterráneo y los científicos han documentado que flores y mariposas ya no salen al mismo tiempo. Las altas temperaturas y la baja pluviosidad provocan una descoordinación entre los momentos de máxima floración y la época de mayor abundancia de vuelo de mariposas, según una investigación del Centre de Recerca Ecolòigica i Aplicacions Forestals (CREAF), el Museo de Ciencias Naturales de Granollers y la Universidad de las Islas Baleares. De hecho, floración y vuelo de mariposas se separa una media de 70 días y aumenta en años de sequía pronunciada, como indica el estudio de seguimiento de doce especies durante 17 años en el Parque Natural de los Aiguamolls de l´Empordà.

Esta pérdida de sincronía no sólo es negativa para las mariposas „también afectadas durante su estadío en forma de oruga„ sino que al mismo tiempo, las plantas también pierden la acción polinizadora de los lepidópteros mientras captan el néctar de sus flores.

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