Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

thumb-isabel-olmos-(1).jpg

Punto y aparte

Isabel Olmos

Maltrato animal

En situación de conflicto, de guerra o de necesidad extrema de recursos, los débiles son carne de cañón

En situación de conflicto, de guerra o de necesidad extrema de recursos, los débiles son carne de cañón, ese escudo en el que los fuertes se ceban para descargar iras, rabias, frustraciones y violencia en general. Niños, ancianos, discapacitados engordan las listas de la vergüenza, esas donde todos morimos un poco cuando vemos la inocencia maltratada, abandonada, violada o asesinada sin haber dispuesto de una mínima capacidad de defenderse.

En casos de crisis como la que hemos vivido, dice el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) en su último informe que se ha incrementado de manera ´brutal´ „el entrecomillado es suyo„, el maltrato a caballos «dentro de la violencia contra los animales que, junto con los incendios, son el delito ambiental más numeroso». La imagen que acompaña a la nota informativa es espeluznante: un caballo en los huesos, enfermo, golpeado y con mirada perdida. En la nota, el propio capitán de la unidad se confiesa «sorprendido» por el aumento de los casos de maltrato a caballos y animales en general «probablemente a consecuencia de la crisis económica», argumenta.

«No pueden mantenerlos y los dejan de alimentar, los abandonan y los dejan morir, una de las conductas más graves, aunque no proceda de personas con un trastorno de conducta». España es el país de Europa que más animales abandona „143.000 al año„exponiéndoles a atropellos, sufrimientos, hambre y miedo. Uno cada cuatro minutos. Si somos lo que hacemos y no lo que decimos, lo que somos„nuestra conducta„, en este sentido, es nuestra peor versión, la que más nos aleja de la ´civilización´.

Y hablando de civilización o de lo que una siente como falta de ella, esta última semana éramos muchos y muchas quienes nos horrorizábamos viendo „quien pudo acabar de verlo„ el video grabado por el Pacma de las becerradas de Valmojado, una orgía de crueldad que servidora „y otros muchas personas seguro„nunca había visto en su vida pese a estar acostumbrada a actos y fiestas con animales desde que era bien pequeña (circos, ´tir i arrossegament´, ´bous al carrer´...etcétera). Es un insulto a la inteligencia llamar arte y cultura a lo que se veía en ese video difundido por las redes sociales a todo el mundo, porque en esa pequeña imagen sólo se veía (si alguien percibía algún valor positivo por favor que me lo diga) ganas de torturar y matar a un animal „además becerro„ en una agonía vergonzante, triste e indignante.

Es éste un debate polémico, que enciende pasiones, emociones y hasta agresiones, pero en algún sitio alguien o muchos deben poner un límite a actos como el de Valmojado. Por el bien de todos, no solo del animal, sino por el nuestro propio, como seres humanos, supuestamente más evolucionados y por ello responsables del bienestar de los más inocentes, desprotegidos, de esa carne de cañón que „como los más pequeños„ no puede decir no. No conozco a un solo aficionado de «bous al carrer» al que le haya gustado el ´festejo´, de Valmojado y reitero que en mi entorno hay unos cuantos, con los que discrepo desde la estima y el respeto (y ellos lo saben), tanto lo primero como lo segundo. Pero en algún momento, reitero, habrá que poner un límite. Por el animal, y por nosotros.

punto y aparte

Compartir el artículo

stats