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Trampas

Qué experiencia me ha tocado vivir! Por circunstancias que no vienen al caso, tuve que pasar día y medio en casa ajena. Total que llego, mido de una certera mirada las pulgadas del televisor y observo un sospechoso hueco en el mueble. Pregunto: ¿Dónde está el decodificador? Respuesta: ¿Qué decodificador? P: ¿No tienes decodificador? R: ¡Eso es cosa de pijos! Así que ahí estaba, sin «deco», sin disco duro, sin un miserable «pen con mis series, abocado a soportar la televisión en abierto como millones de españoles.

Resignado a esta circunstancia me siento a ver la tele sintiéndome como un náufrago, y a duras penas consigo ver algo entre los innumerables anuncios. Cada canal tiene sus trampas, y si te pasa lo mismo que a mí, más te vale conocerlas para no acabar histérico.

Trampa 1: Se corta el programa y aparece una cortinilla que pone «volvemos en 30 segundos». No os dejéis engañar, ¡es el cebo!, tú te quedas, y después de dos o tres minutos ¡zasca! Aparece el temido «volvemos en 7 minutos». Una eternidad amenizada por Mario Vaquerizo anunciando neumáticos. ¡Arrrghhh!

Trampa 2: Te dejan ver una hora de película. Tú alucinas, crees que al responsable de emisión le ha dado un ictus y se ha saltado los anuncios. ¡Inocente! ¡Esa hora era el anzuelo! A partir de ese momento no verás más que fragmentos de tu peli entre una catarata de publicidad. Y cuando falten dos planos para el beso final, te devolverán al infierno.

Trampa 3: Esta es terrorífica. Cortan el programa y pasan a publicidad sin prevenirte de cuánto durará la pausa. ¿Mi consejo? Apaga o cambia. Será tan larga que nunca sabrás qué estabas viendo antes de los anuncios.

Y cuidado con Antena 3. Poco antes de poner anuncios quita su logo de la pantalla. Una vez que descubres eso, despídete de tu felicidad para siempre. En los cortos espacios de programación ya sólo tendrás ojos para ese logo, sudando ante la certeza de su próxima desaparición.

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