D ijo un cínico que el amor es un estado de enajenación mental transitorio cuya principal consecuencia es tu sometimiento a la persona de la que te enamoras. La monogamia no sido, ni es, la regla general en las sociedades humanas. La poligamia funciona en extensas zonas del mundo así como, aunque en menor grado, la poliandría, es decir el que las mujeres tengan varios hombres.

Se conocen épocas y lugares en los que la familia giraba en torno a la madre. Hoy se puede decir que aunque, hasta hace poco, el varón tenía la preeminencia política, económica y social, el feminismo ha impuesto la igualdad política y económica. En España, hace cincuenta años, las mujeres solo podían firmar contratos con permiso de sus padres o esposos. Ni siquiera podían abrir cuentas corrientes bancarias. Todo ello lo mantuvo el franquismo, que era patriarcal pero desde la democracia, como antes en la República, las cosas funcionan en España como en el resto de la Europa occidental.

La aceptación del divorcio se ha incorporado a nuestras costumbres y hoy se divorcian casi el treinta por ciento de los que se casan aunque también es frecuente que las parejas vivan juntos sin casarse. En estos tiempos las mujeres no aceptan que los hombres tengan amantes como era costumbre anterior y es una causa, quizás la principal de los divorcios

El dicho «el amor es ciego» es una licencia poética porque en las mayoría de las parejas, después de una época de enamoramiento viene otra en la que predomina el cariño, el llevarse bien, incluso la costumbre.

Hay sociólogos que afirman que el emparejamiento es, en el fondo, la mejor manera de protegerse de la soledad que es una de las principales circunstancias de las sociedades urbanas.