Leí el pasado verano mucha historia y entre tantos libros, uno sobre Alejandro Magno y otro sobre Augusto. Había cosas que conocía, de otros estudios, y algunas que ignoraba, pero no dejaba de sorprenderme. De su progreso, de sus dificultades, de la forma en que aliados y amigos se convertían en enemigos, de cómo llevaban la contienda a medio mundo (conocido). El encuentro de Obama y de Putin me lo ha recordado. Que no alcancen un acuerdo sobre Siria era esperable, estaba ya escrito antes de comenzar la desastrosa guerra que ha destruido este país y que ha causado miles de víctimas y una diáspora de millones de personas, en Líbano, en Turquía, en Jordania, en Grecia y en el corazón de Europa donde ha influido esta semana pasada en los comicios de un land alemán. La cuestión de los refugiados ha envenenado la Europa opulenta y la ha dejado con el culo al aire. El acuerdo la que llego la Comunidad Europea con Turquía no era una solución y ha demostrado ser el origen de nuevos problemas.
En España se ha discutido mucho sobre el tema, las ciudades con ayuntamientos surgidos de las últimas elecciones, que se autodenominan «del cambio» han presentado propuestas para acoger a parte de los refugiados que el acuerdo asigna a España pero tropiezan con el Gobierno de Rajoy. En este como en otros temas parece preferir le inmovilismo o el dejar pasar el tiempo€
Hay mucho inmovilismo en los partidos españoles del arco parlamentario, a un lado y a otro, y así vamos, cara a terceras elecciones. A la gente le asombra que no lleguen a algún tipo de arreglo temporal para salir del embrollo. Lo de las líneas rojas y los vetos no lo comprenden.
Crece por tanto la alarma, porque el sistema se resiente, parece que la fórmula que presidió las negociaciones para la Constitución vigente ha entrado en punto muerto. Fallan las bases o fallan las personas€El conflicto se envenena con mucha retórica y alusiones a los principios y la ideología. Las recetas ya no sirven y todo se ha vuelto complicado, complejo, insuperable. Las dos consultas última san abocado a un juego simétrico en el que no vemos una salida.
Y mientras hay un puñado de partidos, catalanes, vascos y alguno de ámbito estatal que propugnan "la ruptura". Ya se oía hablar así cuando se buscaban las reglas para la democracia. ¿No es posible reformar la Constitución? No es posible un acuerdo de los partidos constitucionalistas con los nacionalistas€ Los segundos lo han indicado, no hay Gobierno en Madrid porque no hay paso para sus referéndums. Podemos insiste que es posible dentro de las leyes vigentes según sentencia del Constitucional.
¿Lo veremos? ¿O cabe que el lío vaya a más? El 11 de septiembre está ahí y la Diada, que coincide con las lecciones gallegas y las vascas€Todo un desafío para un Gobierno en funciones.
Estamos pues ante un nudo gordiano. ¿Hay que desatarlo con paciencia e ingenio o cortarlo? ¿Y quién está legitimado para ello? No creo que esas temidas terceras elecciones den la solución. Tendríamos que ir a "constituyentes" y negociar otra vez. Hay quien teme esa posibilidad, cree que el marco se rompería de un modo u otro.
